PUESTA A PUNTO
Para cuidar tu coche tienes que darle un buen mantenimiento. Y estas son las revisiones que deberías hacer siempre cada año.
La final del 2024 está ya prácticamente aquí, por lo que se avecinan los reencuentros familiares y con amigos y, en definitiva, muchos viajes por carretera a lo largo y ancho de nuestro país. Ello implica la necesidad de comprobar que tu vehículo se encuentra en perfecto estado y, de esta forma, evitar cualquier sorpresa negativa. Dicho esto, en las próximas líneas vamos a indicarte las revisiones que necesita tu coche antes de acabar el año con el fin de ayudarte y que no tengas motivos para preocuparte.
Con el descenso de las temperaturas y si lleva tiempo sin cambiarse, el aceite se resiente con el invierno. De esta forma, se vuelve más denso y viscoso repercutiendo en la puesta en marcha del motor restándole eficiencia.Los lubricantes como el líquido refrigerante juegan también un papel fundamental ya que minimizan el desgaste de las piezas del propulsor, llevan las partículas metálicas surgidas del desgaste al filtro y evitan fugas en el circuito gracias a sus propiedades sellantes.
A consecuencia del frío, los cristales de los coches se suelen empañar con mucha frecuencia. Por tanto, es indispensable el buen funcionamiento del sistema de climatización para garantizar una visibilidad adecuada en cada trayecto que hagas al volante estas semanas. Aquí también incluimos a la luneta térmica trasera, que cumple este mismo rol en su zona permitiendo cambiar de carril y dar marcha atrás con seguridad.
Probablemente en la mayoría de las ocasiones que saques el coche estas semanas te enfrentarás a condiciones de escasa luz natural, por lo tanto haz hincapié en el sistema de alumbrado, comprueba que los faros se encienden y ajusta la altura de las luces de cruce y de carretera. Para que no te pille nada por sorpresa, es recomendable que lleves un juego de luces de repuesto a bordo.
En un caso parecido al ya comentado con el aceite, la batería también se ve afectada por las bajas temperaturas. Esto propicia que sea más propensa a descargarse, aunque su mantenimiento no suele exigir nada más allá de cambiarla cada 3-5 años. Lo mejor es que antes de ponerte en marcha revísala y comprueba que su capacidad de carga es correcta.No obstante, si presenta algún síntoma sospechoso cúrate en salud y sustitúyela.
Componentes mecánicos como los frenos y la suspensión se ven condicionados por el frío y las bajas temperaturas como los ya comentados en este artículo. Los primeros por una sencilla razón: si hay hielo o nieve la distancia de frenado es mayor. Si a eso se le suma un habitáculo con personas a bordo cargando regalos, la dificultad para frenar adecuadamente y las posibilidades de accidente crecen.
La segunda se encarga de garantizar estabilidad a pasajeros y conductor y, al igual que el sistema de freno, se tiene que revisar cada 30.000 kilómetros. El nivel del líquido de frenos hay que cambiarlo entre 40.000 y 60.000 kilómetros.
Las ruedas son de los elementos más expuestos a los riesgos del invierno: precipitaciones en forma de agua y nieve más frecuentes, terreno mojado o helado. Dicho esto, es vital revisar la presión y el dibujo de las gomas a fin de que no pierdan adherencia durante la circulación y, de esta forma, evitar el famoso aquaplaning por ejemplo.