EN BARCELONA Y VALENCIA
Los modelos más contaminantes tienen los días contados en Europa, pero antes de prohibir su venta algunos de ellos tendrán que pagar más tasas que el resto.
Aunque todavía falta el visto bueno del Parlamento Europeo, hace unos días la Comisión de Medio Ambiente de la UE votó a favor de prohibir la venta de coches diésel y gasolina a partir de 2035: la primera de las medidas que marcarán el rumbo que deberá seguir la industria del motor los próximos años. Eso sí, antes de ser prohibidos los modelos más contaminantes estarán obligados a pagar más tasas que el resto: así son los impuestos verdes.
Estas tasas no afectan, de momento, a todos los conductores: sólo a los que circulan por Cataluña y, próximamente, a los que hacen lo propio por la Comunidad Valenciana. En el primer caso, el impuesto sobre las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica empezó a aplicarse en 2021: dos años después de su aprobación.
En el padrón catalán figuran 2,2 millones de vehículos aunque este tributo sólo afectará a los turismos (hasta 9 plazas), motos y vehículos comerciales que pesen como máximo 3,5 toneladas y cuyas emisiones superen los 120 g/km o los 160 en el caso de las furgonetas. Las exenciones incluyen a los vehículos adaptados para Personas con Movilidad Reducida (PMR), a los oficiales, clásicos, históricos, ciclomotores y ambulancias.
Según la Patronal Catalana de la Distribución de Automoción (Fecavem), la horquilla de precios va desde los 3 hasta los 300 euros. Una cifra que podría unirse a la de los peajes urbanos que están estudiando aplicar a la Ciudad Condal: si sale adelante, los vehículos que quieran entrar, circular y salir de la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona de 7:00 a 20:00 horas de lunes a domingo tendrían que abonar cuatro euros.
La Comunidad Valenciana
La Comunidad Valenciana, por su parte, ha diseñado tres nuevos impuestos autonómicos que ya han recibido el visto bueno del Consell presidido por Ximo Puig. Si el parlamento autonómico valenciano los aprueba, arrancará su tramitación y, en 2025, entrarían en vigor. Tal y como ha informado El Economista, una de esas tasas está centrada en los coches más contaminantes.
Más concretamente en los vehículos de tracción mecánica (coches, motos y furgonetas) cuya capacidad de transporte sea inferior a 3,5 toneladas. En función del nivel de sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), los coches y las motos pagarán entre 70 céntimos y 1,40 euros por cada gramo mientras que las furgonetas deberán abonar 70 céntimos. Igual que en el caso anterior habrá excepciones en las que estarán incluidos los coches y motos que estén por debajo de los 95 g/km y las furgonetas de menos de 140 gramos.