Un problema incómodo que puede derivar en una avería más grave
Conocer cuáles son las razones de este inconveniente tan molesto y saber cómo solventarlo es vital para evitar un problema todavía mayor
Sentir vibraciones en el coche es uno de los síntomas más frecuentes en el vehículo cuando existe desgaste o averías en determinadas partes del automóvil. Saber cuáles son las razones y tratar de corregirlas pueden evitar que el problema sea todavía más grave.
Silentblock: Estas piezas, construidas generalmente con algún tipo de goma, se encargan de filtrar las vibraciones de ciertas partes del vehículo unidas al chasis. Por regla general, un coche lleva entre 10 y 15 silentblock repartidos en zonas como el motor, brazos de suspensión, caja de cambios o barras estabilizadoras.
Con el paso de los kilómetros su desgaste produce que aparezcan vibraciones en el vehículo. Aunque suene a tópico la mejor forma de cuidarlos es conducir de forma suave y evitar pasar a alta velocidad baches o badenes. Dejar que la vibración sea cada vez mayor puede derivar en la rotura total del silentblock afectando directamente a la pieza a la que está anclada.
Neumáticos: Es una de las causas más habituales. Los neumáticos son la única pieza que está en continuo contacto con el asfalto, replicando en el habitáculo cualquier problema directo. Por ello, un desgaste de los neumáticos o un mal equilibrado de los mismos pueden derivar en las temidas vibraciones en el volante. Es importante saber que, aunque las ruedas sean nuevas, un mal equilibrado puede reproducir el mismo problema.
Otra razón para que los neumáticos sean los causantes es la falta de uso del automóvil. Si el vehículo está durante un largo período de tiempo sin utilizarse puede derivar en que el peso del coche deforme el neumático.
Frenos: Si en movimiento notamos vibraciones al tocar el pedal del freno, generalmente, pueden ser por tres causas: desgaste de las pastillas, problemas en el rodamiento o que se hayan deformado o desgastado los discos. Sea cual sea la causa es vital repararlo inmediatamente por seguridad.
Si esperamos mucho tiempo a cambiar las pastillas pueden llegar a “morder” el disco. De este modo, aunque las pastillas sean nuevas seguiremos notando vibraciones al frenar.
Dirección: Llevar la dirección desalineada del vehículo es un problema grave tanto para el estado del vehículo como para nuestra seguridad. De ser así, percibiremos un peor comportamiento del coche, consumos mayores o que las mencionadas vibraciones aparezcan.
Suspensión: Si hemos detectado que las vibraciones derivan de un desgaste irregular de los neumáticos o de un silentblock en mal estado, el problema real puede provenir de la suspensión. Si los amortiguadores han llegado al final de su ciclo de vida pueden acarrear un desgaste irregular de otras partes del vehículo.