LA ITV, UN TRÁMITE OBLIGATORIO
Acudir a la ITV periódicamente para llevar a cabo una inspección técnica de nuestro vehículo es una tarea obligatoria. En ocasiones, sin embargo, el propietario del vehículo no puede llevarlo a la ITV. ¿Qué sucede entonces?
La Inspección Técnica de Vehículos, conocida como ITV en nuestro país, ha desempeñado un papel fundamental en la seguridad vial desde el inicio de su actividad. Su historia se remonta a las décadas de 60 y 70, cuando varios países europeos (entre ellos España) implementaron este proceso de inspección para garantizar que los vehículos en circulación cumplieran con unos estándares de seguridad y emisiones. La ITV se ha convertido en un pilar esencial para mantener la integridad de los vehículos en las carreteras, contribuyendo significativamente a la reducción de accidentes y lesiones.
A través de las revisiones técnicas, la ITV ayuda a identificar y corregir posibles defectos en los vehículos, asegurando que estén en condiciones óptimas para circular. Además, en los últimos años se han añadido una serie de requisitos adicionales necesarios para superar la inspección, como la obligatoriedad de tener una póliza de seguro contratada en el momento de la inspección. En cualquier caso, cada año varios millones de vehículos están convocados a pasar por la ITV.
Acudir a la ITV es obligación del conductor del vehículo, que puede acudir a cualquier estación repartida por la geografía española, independientemente del lugar de matriculación o de residencia del vehículo. Por norma general es el propietario del vehículo el que acude a la estación correspondiente para pasar la ITV, pero...¿es obligatorio que sea esta persona la que acuda? ¿Qué sucede si el propietario del vehículo no puede ir a la ITV?
Lo cierto es que en la ITV no existe ningún requisito que haga referencia a la persona que debe acudir a la inspección técnica. Y es que a la ITV "le da igual" quién acuda a la cita siempre y cuando sea una persona con carnet de conducir (si el vehículo acude rodando por su cuenta, claro). De hecho, existen muchos talleres que ofrecen, entre sus servicios, llevar el vehículo a la ITV para llevar a cabo la inspección.
Sí es necesario -obligatorio, de hecho- que el vehículo acuda a la inspección con su documentación actualizada, es decir, con el permiso de circulación y la ficha técnica en la que se reflejen datos como la titularidad del vehículo, el historial de inspecciones técnicas, el número de bastidor o el historial de modificaciones homologadas en caso de que las tuviese.
Cabe recordar que circular con la ITV caducada o sin ITV es una infracción de tipo grave que, además, es una de las más comunes en nuestras carreteras. Más de un 30% de los vehículos obligados a acudir a la ITV no lo hacen, circulando sin certificar que su estado tanto mecánico como administrativo es apto para ello. Hacerlo supone una multa de 200€ en el mejor de los casos, pero, según la apreciación de cada agente y de las características de cada caso, es posible que se proceda a la inmovilización del vehículo.