CAMBIOS IMPORTANTES
Todos aquellos que aspiran a conducir una moto por vía pública están obligados a superar una serie de pruebas y exámenes con los que demostrar sus conocimientos y habilidades. Ahora, la DGT prepara una serie de cambios para que las nuevas pruebas sean más realistas y seguras
En los últimos años, las motocicletas han experimentado un notable incremento en popularidad, también las de alta cilindrada. Este fenómeno se debe a varios factores, como la búsqueda de emociones, el ahorro de tiempo en desplazamientos urbanos y la percepción de libertad que ofrecen estos vehículos. Sin embargo, este aumento también ha llevado a una mayor preocupación por la seguridad vial, especialmente en lo que respecta a los conductores novatos y su preparación adecuada para manejar motocicletas potentes.
La última revisión de los carnets de moto tuvo lugar hace ya muchos años y, como es lógico, la situación ha cambiado considerablemente. Uno de los aspectos que más preocupa a la Dirección General de Tráfico es la alta siniestralidad asociada con las motocicletas de gran cilindrada. Ante este escenario, la DGT está preparando una serie de modificaciones en el carnet de conducir de clase A, el cual permite conducir motos de alta cilindrada y potencia.
Entre las principales novedades propuestas se incluye la obligatoriedad de llevar una prenda homologada con airbag para los alumnos que deseen examinarse. Además, se exigirá el uso de botas de cuero o material sintético similar que protejan adecuadamente el tobillo. Estas medidas de seguridad no se aplicarán únicamente a los alumnos, ya que también serán aplicables a los profesores que acompañen a los aspirantes durante las pruebas en carretera.
Uno de los grandes cambios del borrador que ha preparado la DGT es que durante la prueba en carreteras abiertas al tráfico, el instructor acompañará al alumno en una moto, proporcionando instrucciones a través de un intercomunicador. Además, se establece un límite de supervisión de un máximo de seis alumnos en circuitos cerrados, con el objetivo de mejorar la calidad de la enseñanza práctica, así como la seguridad en todo momento.
Habrá cambios también en el enfoque de la formación. La DGT propone dedicar más tiempo a la circulación en vías abiertas al tráfico (que al fin y al cabo es donde los conductores van a pasar la mayor parte de su tiempo) y menos tiempo al circuito cerrado. En detalle, se dedicarán cuatro horas a la formación en tráfico real y dos horas al circuito cerrado, que es justo la proporción inversa a la que se da en la actualidad. Asimismo, en caso de condiciones meteorológicas adversas, como la lluvia, el curso se prorrogará automáticamente a otro día, garantizando así la seguridad durante la formación.
El objetivo de estos cambios es reducir la siniestralidad asociada a las motocicletas de alta cilindrada. La introducción del airbag, aunque simbólica, representa un avance en la seguridad pasiva, mientras que el aumento de horas de formación práctica en tráfico real busca proporcionar a los aspirantes una experiencia más completa y realista de la conducción en carretera.