La mayoría de coches modernos ya los montan, disminuyendo el peligro por ángulo muerto
Los radares también se montan en nuestros coches. Buena prueba de ello son los que se encargan de eliminar el temido "ángulo muerto"
En la actualidad la siniestralidad vial tiene en el factor humano el más importante en cuanto a cifras de accidentes. Al fin y al cabo, nuestros vehículos están conducidos por personas, y como tal, se cometen errores que pueden desembocar en un accidente. La industria, por su parte, trabaja sin descanso para hacer que estas cifras sean cada vez menores.
Los radares, tal y como los conocemos, los asociamos casi sin pensar con la velocidad, con las multas, con la autoridad. La realidad es que este es su uso más extendido, pero la realidad también es que desde hace años la tecnología de radar se usa en millones de vehículos para evitar accidentes o, al menos, disminuir sus efectos en las personas implicadas.
A día de hoy prácticamente todos conocemos los sistemas de frenada de emergencia autónoma, sistemas que son capaces de aplicar la máxima presión de frenado en caso de detectar una situación de peligro. Precisamente muchos de estos sistemas funcionan gracias a un radar situado en la parte frontal del vehículo, capaz de reconocer objetos delante de nosotros.
Otra de las aplicaciones de los radares en la automoción la encontramos en los sistemas de detección de ángulo muerto, aquellos que nos alertan de la presencia de un vehículo detrás de nosotros, justo en el punto en el que los retrovisores no pueden llegar. Gracias a la acción de pequeños radares situados en las esquinas del paragolpes posterior, nuestro vehículo es capaz de avisarnos de la presencia de un vehículo en nuestro ángulo muerto con la anticipación suficiente para tener margen de reacción, evitando así una posible colisión. ¿Conocías estas aplicaciones del radar en los sistemas de seguridad de nuestros coches?