El proyecto de fusión no ha llegado a buen puerto
Pese a que las negociaciones iniciales auguraban un futuro prometedor, finalmente la fusión entre FCA y Renault no seguirá adelante
En un mercado cambiante, lleno de modificaciones y sujeto a tantos intereses, el mundo del automóvil es tendente, al menos en los últimos años, a las fusiones, a los acuerdos de fabricación, que mejoran la competitividad de las marcas disminuyendo, a su vez, los costes. Es el caso de Renault-Nissan o PSA-Opel.
En los últimos días hemos asistido a un movimiento muy llamativo: FCA ha ofrecido a Renault una fusión 50-50, con la que se convertirían en uno de los grupos empresariales del mundo del automóvil más grandes del mundo. Todo apuntaba a que las negociaciones iban a llegar a buen puerto: los intereses comunes eran variados, y los proyectos, muy prometedores.
Sin embargo, todo se ha frustrado en la madrugada de ayer, después de que FCA retirase, pasada la medianoche, la oferta de fusión al Grupo Renault. ¿Qué ha pasado realmente para que FCA, la primera interesada en integrarse en el grupo franco-japonés, se haya echado para atrás? Todo apunta, como uno de los motivos principales, a las presiones por parte de Nissan para que la fusión no se llevase a cabo.
Además, diversas fuentes apuntan a que el gobierno francés ha estado también interviniendo en las negociaciones, poniendo demasiadas trabas en el camino a FCA, que parecía verdaderamente interesada en integrarse en uno de los grupos automovilísticos más relevantes del panorama actual. ¿Volverán a intentarlo más adelante?