Las carreras de dragster tienen algo que vuelven loca a media población de los EE.UU. Cada evento organizado por la NHRA consigue reclutar a miles de aficionados en torno a una pista en línea recta en la que
máquinas de miles de 7.000 CV o más consiguen alcanzar los 500 Km/h en poco más de 4 segundos. Técnicamente hablando estamos ante supermáquinas únicas, y es que ninguna competición reúne las características de las peculiares carreras de drag. Lo que sucede habitualmente es que nos sorprendemos de lo rápido que pueden ser estos drgaster, pero a veces pasamos por alto que igual de importante son los sistemas que consiguen que, después de llegar a 500 km/h, se pueda volver a detener.
Los dragster como el que protagoniza este vídeo instalan paracaídas que permiten fuertes deceleraciones, un sistema que complementa un equipo de frenos tradicional que se muestra insuficiente para domar semejantes caballajes.
¿Pero qué sucede cuando un dragster se queda sin paracaídas? En el siguiente vídeo podemos observar cómo se cumplen los peores pronósticos en una carrera de drag, donde
uno de los dragster tiene un problema y fallan sus paracaídas. Por suerte,
la NHRA obliga a instalar sistemas como una red de seguridad y zonas de detención progresiva al final de la pista, medidas que consiguen detener el vehículo y salvar la vida del piloto, aunque no impiden que todo el coche acabe destrozado.