OJO EN LAS REVISIONES
Cuando vamos al taller a realizar una de las revisiones periódicas pocas veces nos acordamos de aquellos componentes que tienen una vida finita. Y son más de los que crees.
Cuando llevamos nuestro coche al taller para realizarle una de las necesarias revisiones periódicas lo normal es que controlen los componentes fundamentales para su funcionamiento. De esta manera evitamos posibles averías e imprevistos, pero todavía nos faltaría un último paso para que el mantenimiento sea lo más completo posible: aquellas partes que caducan. Sí, hay piezas cuya vida no es ilimitada.
Se trata de componentes con una duración finita y cuando sobrepasan este límite pueden traer problemas. En la mayor parte de casos, no supone un riesgo para la seguridad del conductor y de sus acompañantes. No obstante, es aconsejable cambiarlos para alargar la vida mecánica de nuestro coche y para mantener unos mínimos de comodidad y confort.
Batería
Empezamos con uno de los elementos esenciales para el coche: la batería. Hablamos de un elemento que ha dado disgustos a casi todos los conductores. Su vida media oscila entre los cuatro y los cinco años, a partir de ese momento el final de su vida útil puede llegar en cualquier momento.
Neumáticos
Las ruedas no sólo se desgastan, también caducan. Cuando te toque cambiar las de tu coche presta atención a toda la información que nos proporcionan: en el flanco aparece la semana y el año en los que fueron fabricadas.
Respecto al desgaste, ten en cuenta que lo normal es que te duren cinco años aunque no se trata de una cifra cerrada. Por lo tanto, tendremos que prestar atención al estado y al dibujo constantemente: recuerda que la profundidad no puede ser inferior a 1,6 milímetros, el mínimo legal, aunque es aconsejable no bajar de los tres.
Líquidos
Los líquidos son uno de los componentes que más rápido caducan y debido a esta razón son objeto de revisión en las visitas periódicas al taller. No en vano, el líquido de frenos tiene una vida útil de dos años, la misma que el anticongelante y el aceite (salvo casos excepcionales) hay que renovarlo cada año o cada 15.000 kilómetros.
Limpiaparabrisas
Los limpiaparabrisas son una de las partes que más se degradan con las inclemencias climatológicas y la inactividad así que si es tu caso, préstales algo más de atención. Sea como sea, su desgaste es evidente debido al uso y sabremos que es el momento de cambiarlos cuando dejen líneas de agua en la luna, arrastren la suciedad, hagan un ruido molesto o emitan vibraciones.
Luces
Las bombillas tienen una vida determinada de, aproximadamente, tres años. Tanto si cambias tú los grupos ópticos del vehículo como si vas a un taller, no olvides el correspondiente reglaje para ajustar la altura y que ésta sea la correcta.
Airbag
La vida media de un airbag es de 15 años y si supera este listón, lo más conveniente pasa por cambiarlo por uno que sea más moderno, seguro y eficiente. Teniendo en cuenta que la edad media del parque automovilístico en España es de 12,4 años… no está de más prestar atención a este componente.
Climatizador o aire acondicionado
Cualquiera de los dos sistemas necesita un gas para funcionar correctamente y es recomendable cambiarlo cada dos años porque sí, se gasta. En el momento en el que realicemos esta operación podemos aprovechar para comprobar el circuito.
Filtro del habitáculo
Al hilo del punto anterior conviene tener presente que debemos sustituir el filtro del habitáculo anualmente para que, así, el aire del habitáculo interior del coche sea lo más puro posible.
Catalizador
El catalizador es esa preciada pieza que se encarga de gestionar los gases que el vehículo expulsa al exterior a través del escape. Su duración depende mucho del uso que le demos al coche, pero suele estar en torno a los 50.000 kilómetros.
Amortiguadores
El paso del tiempo también afecta a esta pieza. Y es que aunque su vida útil puede superar los 80.000 kilómetros, lo cierto es que puede perder eficacia influyendo en la conducción del automóvil.
El mando del coche
Acabamos con algo que muchos conductores pasan por alto: el mando. Bien es cierto que muchos de los modelos más modernos se ponen en marcha sin necesidad de ellos, pero todavía hay muchos que se valen de este sistema… que funciona con pilas. Y, evidentemente, éstas tienen una vida finita. No dejará de funcionar de repente, pero cuando notemos que va perdiendo distancia para poder abrirlo es hora de cambiar su fuente de alimentación.