El modelo japonés tendrá como mercados objetivos el local y el estadounidense
Serán 30 CV de potencia más para el deportivo más puro de Subaru, con la mala noticia de que habrá que esperar en Europa a su hermano mellizo de Toyota.
Para los amantes de los deportivos más puros, este 18 de noviembre era un día señalado en el calendario ya que precisamente esta sería la fecha en la que Subaru iba a presentar la nueva generación del BRZ. O lo que es lo mismo, la firma de las estrellas estaba lista para mostrarnos cómo había evolucionado el que actualmente es su modelo con aspiraciones más radicales en una gama que echa de menos el recambio del Subaru WRX STi o de su predecesor, el icónico Subaru Impreza.
La receta sigue teniendo los mismos ingredientes. Junta en un diseño atractivo un coche ligero, tracción trasera, caja de cambios manual y aderezado con un motor bóxer de 230 CV de potencia, 2,4 litros e inyección D-4S que prescinde de cualquier tipo de turbo o sobrealimentación. No te engañes, el Subaru BRZ no llegará a Europa,pero sí que lo hará el que es su hermano, el Toyota GR 86 (nueva nomenclatura que recibirá el Toyota GT86), el cual debería mantener una buena parte del sabor de la fórmula que presenta Subaru.
Esto significa que el Subaru BRZ 2022 contará con 30 CV más de potencia, mientras que su par motor se establecerá en unos más que aceptables 235 Nm al tren trasero y asociado a un diferencial de deslizamiento limitado, lo que también supondrán 30 Nm más que los que tenía su predecesor. De forma opcional, los compradores podrán acceder a un cambio automático de convertidor de par y seis relaciones.
La renovación, aunque puede parecer más bien pequeña en el apartado estético, casi más propia de un restyling de mitad de vida, lo cierto es que el BRZ 2022 es un vehículo completamente nuevo, creado en torno a la plataforma global modular de Subaru, con un aumento del 50% en la rigidez estructural. En cuanto a sus dimensiones, se establecen 4,26 metros de longitud, muy similar a la de la primera generación, y una batalla que crece en 5 mm, hasta alcanzar los 2.575 mm. El peso oficialmente es de 1.276 kilogramos, lo que hace que en la báscula sea únicamente 7 kg más pesado que su predecesor.
En lo referente a la imagen, se introducen novedades especialmente en el frontal, con nuevas ópticas que recuerdan incluso a las del Corvette C7, un nuevo diseño de paragolpes con ciertas reminiscencias al Mazda RX8 y una trasera muy inspirada en las formas de los deportivos japoneses, con lo que parece un guiño al Toyota Supra con el alerón de cola de pato, y unos grupos ópticos similares a las que ya se han visto en el pasado en el Honda NSX.
En el interior, capitaliza la atención la instrumentación digital, que combina una pantalla TFT de siete pulgadas, mientras que la consola central presenta una pantalla de 8 pulgadas en torno a la que gira el sistema de infotainment Subaru Starlink.