PUEDE SER MUY PELIGROSO
Las temperaturas altas pueden ser realmente nocivas para el coche, pero especialmente para los neumáticos, elemento crucial y que su buen estado debe ser una prioridad.
El coche es un medio de transporte que millones de ciudadanos usan de manera diaria, y es por ello que su buen estado resulta fundamental. Pero más aún debemos preocuparnos de que así sea en estos tiempos en los que el calor llega cada vez antes, y especial cuidado debemos poner en los neumáticos.
Estamos ante un elemento que es de vital importancia siempre y con el que nunca deberíamos escatimar, ya que son los encargados de conectar el coche al asfalto. Pero ese cuidado extremo que debemos tener con las altas temperaturas debemos aplicarlo especialmente sobre los neumáticos.
Con la llegada anticipada del calor los neumáticos exigen una mayor atención
Y aunque bien es cierto que tenemos que estar pendientes de estos todo el año, el calor puede resultar perjudicial. Debemos entender que el asfalto se calienta mucho, y los neumáticos, rodando a alta velocidad, sufren considerablemente, lo que acelera su desgaste y, por ende, los problemas.
Pero no solo afecta a la vida útil de los neumáticos, sino también a la presión de los mismos, haciendo que esta se eleve por encima de los límites recomendados y aumenten las posibilidades de sufrir un pinchazo. Y más allá de los neumáticos, el calor extremo también puede afectar a las propias llantas hasta el punto de deformarlas y provocar un reventazo en caso de entrar en contacto con el neumático.
Además, esto afecta directamente a cómo trabaja la suspensión de un coche, haciendo que su rodar sea no solo más incómodo, sino también irregular. Esto puede derivar en sobrevirajes o subvirajes que nos harán perder el control del coche, escenarios difíciles de corregir si los neumáticos no se encuentran en condiciones óptimas.
Así, es totalmente necesario revisar de manera periódica la presión de los neumáticos para asegurarnos de que es la recomendada por el fabricante. Además, también debemos estar atentos a cualquier deformación, irregularidad en el dibujo o desgaste que puedan presentar tanto los neumáticos como las propias llantas.