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Se trata del proyecto más ambicioso de la firma nipona Aspark. Bautizado con el nombre de Aspark Owl, el Anti-Tesla Roadster.
Antes lo conocíamos como duelo de caballos. Tal vez estemos mucho más cerca de lo que pensamos de empezar a hablar en kW y dejar atrás las siglas CV. Con los fabricantes buscando nuevos sistemas de propulsión y el avance de los vehículos eléctricos, cada vez será más habitual que nuestro lenguaje a la hora de hablar de automóviles tenga que adaptarse a cada una de las circunstancias y configuraciones mecánicas. Un abanico que incluirá también vehículos recreacionales o deportivos, siempre por el bien de todos los enamorados del mundo de las cuatro ruedas y de la conducción.
El NIO EP9 presentó su candidatura a ser la primera referencia entre los superdeportivos eléctricos. Esta centelleante chispa azul consiguió bajar de los siete minutos en el circuito de Nordschleife, consiguiendo un hito que para otros muchos candidatos de combustión interna parecía inalcanzable. A finales de 2017, Elon Musk y su popular Tesla mostraron al público su nuevo Roadster, sólo unos meses de que este afrontara su propia misión espacial.
El Tesla Roadster anunciaba una aceleración 0 a 96 km/h en apenas 1,9 segundos, una velocidad punta que superaría los 400 km/h y autonomía capaz de completar 1.000 kilómetros según ciclo EPA, todo ello cifras que parecían difícilmente replicables por cualquiera de sus actuales rivales, ni tan siquiera el hiperdeportivo de origen chino, NIO EP9. Las imágenes publicadas durante la última semana del vehículo realizando test de aceleración desde parado en la pista de pruebas de la compañía en Fremont, California, no hace más que confirmar el potencial de la primera gran propuesta con fines recreacionales por parte de Tesla. Sin embargo, le ha salido un competidor de peso. https://twitter.com/khannzilla/status/963849486261895168
Se trata del proyecto más ambicioso de la firma nipona Aspark. Bautizado con el nombre de Aspark Owl, el fabricante del país del sol naciente propone un vehículo de una producción limitada a únicamente 50 unidades, algo que lo asemejaría precisamente al NIO, también de una tirada reducida. Su precio estaría en torno a los 3 millones y medio de euros siempre que se pueda llevar a la realidad un vehículo eléctrico que sería capaz de acelerar incluso más rápido que el Tesla Roadster con un 0 a 100 km/h de menos de dos segundos.
Las pruebas así lo han revelado. En lo que parece ser el aparcamiento detrás de talleres, pista de pruebas igual de validad que otra, el hiperdeportivo asiático es capaz de hacer el 0 a 96 km/h (60 mph) en sólo 1,921 segundos, todo ello sobre un firme que difícilmente parece estar en condiciones de permitir un récord mundial. ¿Cuál es el secreto de estas prestaciones? Hablamos prácticamente de un prototipo de fibra de carbono que no llega a la tonelada de peso, destinando prácticamente todo el poder de su motor eléctrico a lograr esa brutal aceleración y una velocidad máxima de 280 km/h. Eso sí, tanto su punta como los datos del rango de sus baterías (150 kilómetros) siguen estando lejos de la autonomía prometida por el roadster estadounidense.