PARTE 2
Hay fabricantes de automóviles, como Porsche, que creen que no todo es blanco o negro (combustión frente a electrificación) y que han apostado por los e-fuels, como ellos dicen.
La semana pasada vimos qué son los combustibles sintéticos y cómo y por qué pueden convertirse en una alternativa para ayudar a alcanzar el equilibrio climático y la neutralidad de emisiones en 2050. Vimos el lado de los fabricantes de carburante, a través de Repsol, que está desarrollando en sus laboratorios varios combustibles sintéticos sostenibles. Pero también hay fabricantes de automóviles, como Porsche, que creen que no todo es blanco o negro.
En 2022, Porsche comenzó a producir combustibles sintéticos o, como los llaman ellos, e-fuels, en la planta que tienen en Chile, junto a HIF Global, un desarrollador especializado en este tipo de carburantes. Su objetivo es tener una producción, a partir de ya, de 130.000 litros destinados para su copa monomarca Porsche Mobil 1, incrementando a mediados de esta década esa cifra hasta los 55 millones de litros para, en 2027, poder llegar a los 550 millones de litros producidos al año.
No se puede negar que estamos viviendo una época tan interesante como apasionante en la industria del automóvil. Estoy completamente convencido de que la electrificación es el mejor camino a seguir, pero no a corto plazo. Como ha dicho el CEO de Porsche Ibérica, Tomás Villén, hay aproximadamente algo más de 1.300 millones de coches de combustión circulando en el mundo. Y para 2035 dudo mucho que todos se puedan sustituir por coches eléctricos. Quizás tenga más sentido una transición más paulatina, o incluso seguir utilizándolos simultáneamente con este tipo de combustibles sintéticos, siempre y cuando sean asequibles y neutros en carbono.
Además, estos e-fuels también pueden ayudar a descarbonizar otros medios de transporte de los que no se habla tanto y que tienen mucho más impacto medioambiental que el automóvil, como barcos o aviones. De hecho, yo tengo claro que, como ocurrió ya a comienzos del Siglo XX, convivirán todas las tecnologías y será el mercado y las necesidades de los usuarios y compradores quienes decidirán cuáles sobreviven y se imponen a largo plazo.