UNA MULTA SORPRENDENTE
Hacer trampas a la Dirección General de Tráfico puede derivar en una sanción tan sorprendente como esta: 321 puntos menos del carnet de conducir para un conductor de origen armenio por hacer esto.
La Dirección General de Tráfico desempeña un papel fundamental en la regulación y control del tráfico en las carreteras. Para promover la seguridad vial y el cumplimiento de las normas de circulación, la DGT tiene la facultad de imponer sanciones a los conductores que infrinjan las leyes de tráfico, incluidas en el Reglamento General de Circulación. Estas sanciones pueden variar en gravedad y se aplican según la naturaleza de la infracción, pudiendo incluir multas económicas, pérdida de puntos en el carné de conducir e, incluso, la inmovilización del vehículo.
El organismo autónomo del Gobierno de España dependiente del Ministerio del Interior utiliza diversos métodos para detectar las infracciones, como radares de velocidad, cámaras de control de semáforos, controles de alcoholemia y dispositivos de vigilancia en carretera. Además, la entidad trabaja en la concienciación y educación vial para prevenir conductas peligrosas y reducir la incidencia de infracciones.
Sin embargo, como en todo sistema normativo, existen varias personas que buscan hacer trampas e incumplen las reglas. Este ha sido el caso de un ciudadano de origen armenio y residente en España que ha perdido un total de 321 puntos del carnet de conducir después de habérsele atribuido una enorme cantidad de infracciones graves, las cuales conllevan la pérdida de puntos, a cambio de dinero.
Un total de 91 motoristas pagaron a este conductor un montante de entre 70 y 200 euros por cada punto perdido, además del importe de la sanción económica en cuestión. El ciudadano de 28 años, residente en Valencia, se identificó como el autor de las multas aunque estas fuesen cometidas por personas del sexo contrario. No solo eso, también se reconoció como infractor de penalizaciones de vehículos pertenecientes a empresas donde no constaba como empleado.
Asimismo, este conductor tenía el permiso de conducir caducado y, para más inri, tampoco es conductor de motos, aunque en la base de datos de la DGT consten una gran cantidad de sanciones de este tipo de vehículo. En este caso, si un motorista realizaba una infracción penalizada con la pérdida de 6 puntos, para librarse, debía pagar al autor entre 420 y 1.200 euros.
Esta elevada pérdida de puntos del carnet de conducir no fue motivo de alerta hasta que el instituto armado de Mallorca se dio cuenta de que este ciudadano se identificó como autor de una infracción considerada como muy grave por casi atropellar a un Guardia Civil, algo que resultaba imposible al encontrarse en Valencia en el momento de los hechos.
Todos y cada uno de los 91 motoristas están imputados por delito de falsedad documental. Además, están siendo investigados por la Benemérita por zafarse tanto de la pérdida de puntos como de la sanción económica por infracciones que ellos mismos cometieron.