Todo lo que necesitas saber sobre neumáticos de invierno

Cuando comienzan a bajar las temperaturas y las calles se llenan de nieve o se congelan por el frío, todos tomamos la precaución de proteger nuestros pies con un calzado especial, que impida caernos o mojarnos (y hacer el ridículo frente a nuestros vecinos); la misma medida debemos tomar con nuestros coches, y los neumáticos de invierno son una gran opción para prevenir problemas y evitar accidentes graves.

¿Qué son los neumáticos de invierno?

Son neumáticos diseñados para circular con seguridad a temperaturas inferiores a 7ºC, gracias a una composición especial que ofrece un mejor agarre en superficies heladas, mojadas o nevadas. Se los puede reconocer fácilmente gracias a la marca M+S (Mud & Snow: literalmente, barro y nieve), y el símbolo de una montaña de tres picos con un copo de nieve (3PMSF).

Sus características principales son tres:

• Surcos más profundos que permiten una evacuación rápida y eficiente del agua y la nieve, disminuyendo así la probabilidad de un deslizamiento inesperado y potencialmente fatal.
• Mayor tracción en las superficies nevadas, lo que se traduce en un control más eficiente del vehículo.
• No se endurecen tanto con el frío.

Los especialistas aclaran que, cuando la temperatura es superior a los 12° C, los neumáticos de invierno pierden gran parte de su eficacia, por eso lo ideal (aunque la mayoría de las veces, seamos sinceros, no nos den los tiempos para hacerlo) es instalarlos en octubre y quitarlos en marzo.

Un detalle fundamental, a tener siempre en cuenta, es comprobar la presión antes de volver a usarlos: muchas personas los guardan al finalizar el invierno y no se dan cuenta que, al pasar varios meses sin uso, los neumáticos pierden aire y esto influye en la estabilidad del coche.

¿Sustituyen a las cadenas?

Sí, pero no todos. Antes hemos dicho que aquellos neumáticos con la marca M+S y los que llevan la montaña de tres picos con el copo de nieve (3PMSF) eran neumáticos de invierno. Pues bien, al menos en España ahora mismo, solo aquellos neumáticos con el símbolo de los tres picos y el copo de nieve, los 3PMSF, son considerados neumáticos de invierno de verdad, y permiten no llevar cadenas.

Es decir, si tenemos unos neumáticos que tienen la marca M+S pero no tiene la montaña de tres picos con el copo de nieve, no podremos circular sin cadenas. Y en caso de que se nos pare en una zona de cadenas obligatoria, podríamos llevarnos la multa a casa.

Es cierto que los M+S reúnen características de fabricación similares o incluso iguales a los 3PMSF, por lo que puede que se comporten igual (muchos llevan ambos símbolos de hecho). Pero solo los 3PMSF han superado las pruebas de exigencia establecidas en Europa. Por tanto, a efectos prácticos, solo estos últimos te servirán para poder no llevar las cadenas en una zona nevada.

Ventajas e inconvenientes de los neumáticos de invierno

Ventajas:

• Comodidad: permiten evitar la siempre pesada tarea de poner y quitar las cadenas.
• Seguridad: ofrecen mayor estabilidad en carreteras heladas, mojadas o nevadas.
• Durabilidad: al estar diseñados específicamente para bajas temperaturas no se gastan tan rápidamente como los neumáticos tradicionales.
• Reducen la distancia de frenada: 10% en el suelo mojado y un 20% en superficies nevadas.

Inconvenientes:

• Precio: su valor suele ser mucho más alto que el de un neumático normal (un detalle fundamental en estos tiempos, donde todos cuidamos más el bolsillo).
• Ruido: ciertos neumáticos de invierno (especialmente los más económicos) son muy ruidosos, generando un zumbido permanente que puede desconcentrarnos y generar incomodidad en nuestros acompañantes (si tenemos hijos pequeños, la situación puede volverse rápidamente crítica, con los niños quejándose a viva voz y haciendo que perdamos la paciencia, algo poco recomendable para cualquier conductor).

Mantener los neumáticos de invierno en buen estado

Es fundamental que prestemos atención a esos pequeños detalles que pueden marcar una gran diferencia a la hora de conducir, por ese motivo debemos verificar, de manera periódica, el nivel de desgaste de nuestros neumáticos de invierno, buscando cortes, daños o posibles deformaciones: a veces, “perder” cinco minutos en esta clase de comprobaciones nos evita grandes males a futuro.