UN CONCEPT PRESENTADO EN EL SALÓN DE TOKIO
La firma japonesa ha llegado al Salón de Tokio cargada (nunca mejor dicho) de novedades, con el Toyota FT-3e como uno de sus principales baluartes para la movilidad eléctrica de un mañana cada vez más cercano
La industria del automóvil ha experimentado una más que notable evolución a lo largo del tiempo, y en las últimas décadas, una corriente impulsada por la electrificación del automóvil. Los coches eléctricos han pasado de ser una novedad a convertirse en protagonistas destacados en el escenario automotriz, con todo tipo de fabricantes siendo cada vez más conscientes de la demanda del mercado y del cambio de prioridades de la clientela.
Incluso aquellos que inicialmente mostraron cierta reticencia, como Toyota, han comenzado a abrazar la revolución eléctrica. Toyota, reconocida por su pionero Prius, ha dado pasos firmes hacia la adopción de vehículos completamente eléctricos, a pesar de sus reservas iniciales. Este cambio estratégico no solo responde a las demandas del mercado, sino que también refleja la adaptación a un futuro donde la movilidad sostenible es fundamental.
Coincidiendo con el Salón del Tokio, Toyota ha presentado una batería de propuestas, algunas más cercanas a la realidad que otras, pero todas ellas animadas por un factor común: la electricidad. Es el caso del Toyota FT-3e, una suerte de crossover de generoso tamaño que apuesta por la digitalización y la amplitud para crear el que bien podría ser tu próximo coche eléctrico. Llegará en 2025 en versión de producción, con un aspecto muy similar al de la variante que ahora se ha presentado.
El diseño exterior del FT-3e fusiona un estilo sumamente moderno con toques deportivos, al mismo tiempo que mantiene líneas y superficies para lograr una carrocería de apariencia simple y minimalista. Las pantallas digitales exteriores suministran información esencial, como el nivel de carga de la batería, la temperatura interna y la calidad del aire, aunque no tenemos claro que este tipo de displays lleguen a producción, máxime teniendo en cuenta la cantidad de información que ya reciben los usuarios a través de su smartphone cuando se trata de coches conectados.
El habitáculo también presenta unas líneas muy simples, en coherencia con el aspecto que la marca ha dado a la carrocería. En el caso del interior, lo que más llama la atención es la presencia de materiales de tipo sostenible y reciclado, que conforman unos trazos angulosos y marcados pero muy poco invasivos, ofreciendo a los ocupantes un ambiente relajado en el que la amplitud es una de las claves.
A nivel mecánico la firma japonesa no ha desvelado ningún detalle a excepción de su naturaleza 100% eléctrica. Contará con casi total probabilidad con tracción integral gracias a un sistema de doble motor, y a nivel de autonomía es de esperar que Toyota ofrezca, como mínimo, una autonomía real de unos 400 kilómetros.