Toyota puede presumir desde hoy de tener el SUV más rápido del mundo. Incluso puede decir que uno de
sus Land Cruiser -versión USA- superaría con total facilidad al más potente de los hiperdeportivos de McLaren, Porsche o Ferrari. Construido por TRD, el departamento de Toyota Racing en Estados Unidos y pilotado por
el piloto de la NASCAR Carl Edwards, esta preparación extrema del todocamino más famoso de la firma nipona ha certificado una velocidad máxima de 230,02 mph, lo que son más de 370 km/h. Obviamente TRD no ha utilizado una versión de serie del Land Cruiser.
La preparación cuenta con 2.000 CV de potencia extraídos del motor V8 de 5,7 litros de serie al que se le agregaron dos turbocompresores Garrett del tamaño de dos pelotas de volleyball, capaces de soplar a unos impresionantes 55
PSI. Obviamente con este grado de exigencia
fue necesario reforzar y modificar otras partes del bloque motor para que no se terminara rompiendo el propulsor al primer acelerón. También se realizó una transmisión de competición a medida para soportar. El modelo, que fue presentado durante el
SEMA Show el año pasado y desde entonces ha sido sometido a nuevas modificaciones, entre las que
se encuentran una nueva suspensión mucho más rígida, menor distancia respecto al suelo para reducir el drag y las turbulencias, así como la utilización unos nuevos neumáticos
Michelin Pilot Super Sport que entre otros utiliza el Ferrari FF. Algunos dirán que es poca velocidad, sin embargo, Toyota aseguró que
podrían haber conseguido situar más alto el listón de no haberse quedado sin espacio en el
Mojave Air y Space Port de California, la cual cuenta con una pista de cuatro kilómetros de longitud ideal para despegar y aterrizar los aviones supersónicos.