CAMBIOS EN LA CARRETERA
Alcanzar la siniestralidad cero en las carreteras de nuestro país es un reto enorme, que necesita del esfuerzo conjunto tanto de administraciones como de usuarios...
En las últimas décadas, la seguridad vial ha avanzado de manera clara, contribuyendo a una reducción notable en el número de víctimas en las carreteras. Factores como la mejora de las infraestructuras, los avances en la tecnología de los vehículos y el endurecimiento de las normativas han sido claves para alcanzar estos logros. Sin embargo, el objetivo final, el de cero víctimas, aún está lejos de alcanzarse. Llegar a ese punto requiere un esfuerzo conjunto que involucre a administraciones, legisladores, usuarios y fabricantes de vehículos.
Las administraciones deben seguir invirtiendo en infraestructuras seguras y medidas innovadoras. Además, deben trabajar en campañas de concienciación que eduquen a los usuarios sobre comportamientos responsables en la carretera. Por otro lado, los legisladores tienen la tarea de crear leyes que fomenten una conducción más segura y penalicen de manera efectiva las conductas peligrosas. Esto incluye normativas que regulen el uso de dispositivos tecnológicos en los vehículos y controles más estrictos para detectar el consumo de alcohol y drogas en los conductores.
Los usuarios también juegan un papel clave. Respetar las normas de tráfico, mantener la atención al volante y ser conscientes de los riesgos que conlleva una conducción irresponsable son actitudes esenciales para garantizar su propia seguridad y la de los demás. Finalmente, los fabricantes de vehículos tienen la responsabilidad de integrar tecnologías avanzadas de seguridad en sus diseños. Sistemas como el frenado automático de emergencia, los asistentes de mantenimiento de carril o la detección de ángulos muertos han demostrado ser muy efectivos a la hora de prevenir accidentes.
Uno de los elementos más recientes para mejorar la seguridad vial es la implementación de los Tramos Piloto, una medida específica diseñada para uno de los colectivos más vulnerables en la carretera: los motoristas. Estos tramos están señalizados con carteles que advierten al conductor que entra en una zona de “Atención. Motos trazada recomendada”. Además, incluyen marcas viales transversales que indican a los motoristas la posición ideal en el carril para trazar curvas de manera segura.
El objetivo principal de esta medida es reducir los errores de trazada, especialmente en tramos de carretera que los motoristas podrían no conocer bien. Por ejemplo, en La Rioja se han instalado tramos piloto en zonas como el Monasterio de Valvanera o el mirador del Cañón del Leza. Estas zonas sirven como laboratorios para analizar su eficacia y, si los resultados son positivos, podrían extenderse a otras carreteras del país. En Madrid, un tramo similar en la M-131 busca evitar que los motoristas se acerquen al carril contrario, disminuyendo el riesgo de colisión frontal.