MEJORA LA VISIÓN EN APENAS UN MINUTO
En ocasiones los trucos más sencillos y fáciles son los más efectivos a la hora de mejorar nuestra circulación. Es el caso del truco del alfiler, que en un minuto te permitirá ver mucho mejor en caso de circular en condiciones difíciles
No es que sea importante, es que es básica y fundamental a la hora de circular con seguridad: hablamos de la visibilidad. Sin una correcta visibilidad, podemos estar a los mandos del vehículo más avanzado, equipado y seguro del mercado, que no podremos reaccionar a tiempo en caso de enfrentarnos a una situación de riesgo. Por eso, contar siempre con la mejor visibilidad posible supone añadir un extra de seguridad a todos y cada uno de nuestros desplazamientos.
Hay muchos factores que influyen en la visibilidad de la que disponemos cada vez que arrancamos nuestro coche. Desde factores de tipo físico (capacidad visual, cansancio...) hasta factores de tipo meteorológico, ya que, como es obvio, no es lo mismo tener que conducir por la noche que hacerlo a plena luz del día, de la misma manera que no es lo mismo hacerlo con el cielo completamente despejado que en medio de un denso banco de niebla.
En cualquier caso, nuestro coche cuenta con una serie de herramientas que nos permiten mejorar la visión a la hora de conducir. Hablamos de las luces, evidentemente, pero también del sistema de limpieza de cristales, los famosos limpiaparabrisas, que siempre van acompañados de un sistema de expulsión de líquido detergente para limpiar la superficie de la luna en caso de que sea necesario. Este sistema debe funcionar correctamente y, de hecho, no hacerlo es motivo de falta.
En ocasiones el sistema de eyección de agua deja de funcionar correctamente, ya que los pequeños eyectores que lo componen se desvían o se atascan, haciendo que la dispersión del agua no sea correcta. En estos casos, el truco del alfiler resulta más que óptimo para recuperar la potencia de los pequeños chorros que tienen como cometido limpiar el cristal. Tan sólo necesitas un alfiler y, con cuidado, introducirlo en los orificios correspondientes.
Con ello, conseguirás desatascarlos de cualquier posible resto de suciedad o cal que se haya podido quedar adherida pero es que, además, con el alfiler dentro, podrás moverlos para dirigir el chorro de detergente hacia el cristal de manera mucho más controlada. Sólo tendrás que hacer dos o tres pruebas para comprobar que el chorro ha quedado bien colocado y, entonces, podrás disfrutar de un sistema de limpieza de cristales efectivo y cómodo.