UN PROBLEMA DE SEGURIDAD

El truco de la moneda para saber si tienes que cambiar la luna del coche tras un chinazo

Las lunas de nuestro coche son mucho más importantes de lo que a priori podría parecer. Su integridad es básica para poder circular sin preocupaciones, pero también pueden sufrir desperfectos que estamos obligados a reparar. ¡Truco para saber si lo necesitan.!

Nuestros coches son los más seguros de la historia. Los diferentes avances en la tecnología y en la técnica constructiva han permitido a los fabricantes de automóviles poner en la carretera vehículos capaces de protegernos en situaciones muy complicadas siendo capaces, además, de identificar potenciales situaciones de riesgo antes de que puedan comprometer nuestra integridad. Pese a que un coche actual poco tiene que ver con un coche de hace unas pocas décadas, lo cierto es que hay elementos que siguen siendo vitales y apenas han cambiado. Hablamos, por ejemplo, de los cristales, las lunas de nuestros vehículos.

Las lunas de nuestros vehículos desempeñan un papel crucial en la conducción, también en la seguridad en la carretera. Más allá de ser simplemente un componente estético, las lunas cumplen funciones esenciales que afectan tanto la visibilidad como la integridad estructural de un automóvil. Proporcionan una vista panorámica del entorno, permitiendo al conductor tener una percepción clara de lo que sucede alrededor, lo que es fundamental para tomar decisiones durante la conducción. Además, las lunas también juegan un papel clave en la protección contra las inclemencias climáticas, reduciendo el impacto del viento, la lluvia y otros elementos exteriores en el habitáculo.

Luna delantera rota | Guetty

Sin embargo, las lunas de los coches no están exentas de posibles defectos y problemas que pueden afectar tanto la seguridad como la comodidad del conductor y los pasajeros. Uno de los problemas más comunes es la formación de grietas y astillas en la superficie de la luna debido a impactos de piedras, objetos u otros vehículos. Estas grietas pueden disminuir la visibilidad y representar un peligro si no se abordan a tiempo. Además, una luna dañada puede comprometer la estructura general del vehículo, lo que podría afectar la seguridad en caso de un accidente. Por si fuera poco, dependiendo del defecto que se haya producido, nuestro vehículo no podrá pasar la ITV.

Cómo saber si nuestra luna tiene que cambiarse

No todos los defectos en la luna de nuestro vehículo implican la sustitución de la pieza completa, ya que en ocasiones es posible solucionar el problema mediante una reparación que, por cierto, suele ser bastante rápida con un coste que además es mucho más reducido que la sustitución de una luna. Para saber si podemos reparar la luna, debemos tener claro que, para empezar, la situación del daño es básico para la reparación.

Si el defecto se encuentra en el campo de visión directa del conductor no se podrá reparar, pero por el contrario, si está fuera de ese campo de visión y el defecto es pequeño, se podrá reparar la luna. Para saber si el daño es lo suficientemente pequeño como para poder ser reparado, podremos usar el truco de la moneda, que consiste en apoyar una moneda de 2 euros sobre el daño. Si éste queda totalmente cubierto por la moneda, podremos reparar la luna. De lo contrario, lamentablemente, nos tocará sustituir el cristal entero.