UN COMPORTAMIENTO QUE MERECE MULTA
La popularidad de los coches eléctricos ha crecido (y sigue creciendo) de manera ostensible en los últimos años. Sin embargo, aún hay conductores de vehículos más convencionales que creen que los coches eléctricos no deberían tener ninguna ventaja...
En los últimos años, hemos sido testigos de un notable crecimiento en la adopción de coches eléctricos, impulsado por una mayor conciencia sobre el impacto ambiental de los vehículos de combustión interna y los avances tecnológicos dentro de la industria. La creciente preocupación por la contaminación y el cambio climático también han influido, provocando un cambio muy importante en la mentalidad de los consumidores, quienes cada vez más optan por vehículos más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. Como resultado, muchos fabricantes de automóviles han ampliado sus gamas y su oferta de modelos eléctricos, desde pequeños coches urbanos hasta SUV y vehículos de lujo.
Además, los gobiernos e instituciones han implementado políticas de incentivos y regulaciones favorables para promover la adopción de vehículos eléctricos, lo que ha contribuido aún más a su popularización y aceptación en la sociedad. Una de esas “ventajas” de la que disfrutan muchos usuarios de coches eléctricos es la facilidad para aparcar gracias a la presencia de plazas de aparcamiento específicas para coches eléctricos, plazas que cuentan con cargadores instalados permitiendo así que los usuarios que estacionan sus coches eléctricos puedan, mientras tanto, recargar sus vehículos.
Sin embargo, muchos usuarios de vehículos convencionales están en contra de estas ventajas para los coches eléctricos. Y es que pese a ser un incentivo adicional para que este tipo de movilidad siga creciendo, muchos conductores creen que, en realidad, es un agravio comparativo respecto a las condiciones de uso que tienen que asumir los usuarios de vehículos con motor térmico.
En los últimos meses se ha hecho viral un gesto que, incluso, puede verse con cierta facilidad en redes sociales. Se trata de un gesto de conductores de vehículos tradicionales, que estacionan sus vehículos con motor térmico en las plazas reservadas para coches eléctricos, “encajando” la manguera de carga de los cargadores en la tapa del depósito de combustible para
Evidentemente se trata de una estafa y, además, de una infracción. Y es que si un agente de la autoridad se percata de ello, (algo perfectamente posible si un usuario de coche eléctrico avisa a la Policía), además de recibir una multa de 200 euros, es posible también que nuestro coche termine en el depósito tras ser remolcado por la grúa municipal.