SUBIDA EN BOLSA
El presidente electo Donald Trump agilizará los procesos para flexibilizar la normativa sobre vehículos autónomos, lo que le dará un gran impulso a Tesla.
Los miembros del equipo de transición del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, trabajan en la flexibilización de la normativa federal sobre los vehículos autónomos y, de hecho, consideran hacer de esta nueva ley una de las prioridades del próximo Departamento de Transportes.
Lo que de momento no son más que rumores en los pasillos de la todavía Casa Blanca de Joe Biden, este posible cambio de la ley está dando alas a Tesla en el Nasdaq estadounidense, cuyos títulos se han llegado a disparar un 8% durante algunos instantes de la negociación previa al inicio de la sesión de este lunes, hasta cotizar sobre los 341,13 dólares (unos 322,99 euros por título). La capitalización de Tesla se ha disparado un 28% desde la noche electoral del pasado 5 de noviembre.
El director ejecutivo del fabricante de vehículos eléctricos, Elon Musk, prometió a sus inversores durante la presentación de resultados del pasado trimestre que quiere impulsar el negocio de los robotaxis cuyo servicio espera poder poner en marcha en 2025 en diferentes ciudades de Estados Unidos. En estos momentos, la compañía ya ofrece este transporte para sus empleados en la bahía de San Francisco.
A día de hoy, las normas federales estadounidense plantean obstáculos para el desarrollo de la tecnología de conducción sin volante ni pedales a gran escala por las reticencias existentes en todo lo que tiene que ver con la seguridad.
Y es que si bien la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) --organismo dependiente del Departamento de Transporte-- podría emitir una normativa que agilice la adopción del coche autónomo en las carreteras norteamericanas, Trump estaría buscando, según 'Bloomberg', acelerar todo el proceso a través de la ley del Congreso, que despejaría el camino para un uso masivo de esta tecnología sin conductor.
Actualmente, la NHTSA permite a los fabricantes desplegar una flota de 2.500 vehículos autónomos cada año bajo una exención concedida, aunque el objetivo es que esta cifra se pueda aumentar hasta las 100.000 unidades.
No obstante, esta medida ya ha fracasado en su trámite legislativo hasta en dos ocasiones anteriores. La primera durante el primer mandato de Trump, cuando se llegó a aprobar un proyecto de ley para aumentar la flota de coches autónomos, pero la medida se estancó en el Senado.
Posteriormente, durante el Gobierno de Biden se volvió a intentar fusionando este proyecto de ley con una batería de normas complementarias, pero fracasó cuando algunos fabricantes intentaron incluir un texto que impidiera a los consumidores presentar demandas o presentar demandas colectivas por posibles accidentes.
La realidad es que todavía hay que ver qué sucede con los litigios que tiene Tesla abiertos en Estados Unidos por este sistema de conducción autónoma total ('Full Self Driving').
Hace unas semanas, la Administración de Seguridad Vial de Estados Unidos abría una investigación federal contra la compañía para determinar si su sistema de conducción autónoma parcial es defectuoso tras haberse registrado cuatro accidentes, uno de ellos con un fallecido, en los que estuvieron involucrados sus vehículos.
En concreto, lo que buscan evaluar las autoridades estadounidenses es si el sistema de Tesla es capaz de detectar y responder adecuadamente a los entornos de niebla y situaciones de baja visibilidad en la carretera.
En todo caso, Tesla planea implementar esta tecnología en Europa y China durante el primer trimestre de 2025, aunque todavía se encuentra pendiente de las aprobaciones regulatorias necesarias.