Por el momento se llevarán a cabo en zonas de velocidad de 40 km/h y de día
El gigante del transporte ha confirmado que se han reanudado los test en el estado de Pensilvania, precisamente nueve meses después del accidente sucedido en Arizona el pasado marzo.
A mediados de marzo se confirmaba el atropello mortal de una de las unidades de pruebas autónomas de Uber en Arizona y en apenas una semana, los responsables gubernamentales de aquel estado confirmaban que se suspendían los permisos para hacer este tipo de pruebas en carreteras abiertas al tráfico. Desde entonces, la compañía de soluciones de transporte ha estado trabajando en comprender qué falló en aquel accidente sucedido hace nueve meses que fue responsable de una gran alarma social.
Tras este proceso de investigación, Uber ha confirmado que este jueves ha vuelto a reemprender los test de sus vehículos autónomos en la ciudad de Pittsburgh, concretamente, muy cerca de las oficinas que tiene la compañía en dicha localidad estadounidense. Según un comunicado, el Departamento de Transporte de Pensilvania dio el visto bueno a Uber el pasado lunes 17 de diciembre para que pudiera reanudar sus pruebas en carretera.
En concreto la actividad de test se irá reanudando paulatinamente (primero en Pensilvania, posteriormente en Toronto y San Francisco) y la decisión de que los Volvo XC90 de la compañía, equipados por todo el instrumental que les permite rodar por las vías públicas sin interacción humana, hayan sido revisados en profundidad y modificados para tratar de solventar las brechas de seguridad que pudieron intervenir en el accidente del pasado mes de marzo.
Las primeras pruebas se desarrollarán en zonas de baja velocidad, concretamente en carreteras cuyo límite se establece en 25 mph o 40 km/h. Por el momento, cada unidad contará con dos conductores de apoyo, mientras que los test no se realizarán en condiciones meteorológicas adversas y solo rodarán los vehículos durante el día y no en condiciones de noche o baja visibilidad como las presentes en el momento del atropello.
Otra de las medidas anunciadas es que el sistema de frenada de emergencia autónoma que incorporan los SUV de Volvo estará activado por defecto en los modelos de Uber, algo que en el estudio posterior al accidente mortal se pudo comprobar que no era así en la unidad involucrada.