ASÍ FUNCIONAN
Las señales de ultrasonidos ocupan ya gran parte de dos de las principales autopistas de la red nacional de carreteras. Este es el motivo de su implantación.
En los tiempos que corren, la tecnología evoluciona a pasos agigantados en todos los ámbitos posibles. De esta evolución tampoco se escapan las carreteras, las cuales se están llenando de nuevas señales que antes desconocíamos. El objetivo de estas nuevas balizas no es otro que garantizar la seguridad de los conductores, aunque estas también pueden ser de gran utilidad para todo lo que rodea a las vías.
Este es el caso de las nuevas señales de ultrasonidos que se han incorporado en las carreteras asturianas, donde el Principado está realizando una iniciativa para la protección de la fauna local. Gracias a esta nueva tecnología implementada en las nuevas balizas se conseguirá reducir el número de accidentes provocados por las colisiones entre animales y vehículos, salvando así a unos de otros.
De momento, los conductores podemos respirar tranquilos, ya que este nuevo sistema no está destinado a nosotros, sino que los están a los osos. Sí, aunque suene un tanto extraño, estas nuevas señales se tratan de una medida tomada por Asturias en colaboración con la Fundación Oso de Asturias por el considerable aumento del número de atropellos en la AP-66, más concretamente en los concejos de Aller y Lena.
Las novedosas balizas se activan con los faros del coche, de manera que en aquellas situaciones donde existe un mayor tráfico, comienzan a emitir una señal de ultrasonido imperceptible al oído humano pero que asusta a los animales, haciéndoles huir y evitando la situación de peligro. Cabe destacar que estas señales funcionan únicamente en aquellos momentos en los que la luz es baja, coincidiendo con las horas en las que se detecta una mayor actividad de animales.
Sin embargo, esta medida no es novedosa en España, puesto que hace unos meses en Huelva también llevaron a cabo una iniciativa para proteger su población de linces. Aunque en este caso, se utilizaron sensores encargados de detectar el movimiento de los coches y activar unas señales para que los conductores reduzcan su velocidad, al mismo tiempo que se emiten sonidos para alejar a la fauna.