¿MERECEN LA PENA?
Una ruta breve pero intensa a los mandos de los Lamborghini Urus y Huracán.
Hay lunes y después hay otro tipo de lunes. Estos pueden darse después de que se presenten oportunidades como la que hemos tenido de la mano de Lamborghini. Y es que es posible hacer el lunes menos lunes si te encuentras a los mandos de los Huracán EVO y Urus, dos de las últimas criaturas de la firma italiana, y de las cuales nos hemos puesto a sus mandos para descubrir si realmente valen lo que cuestan.
Antes de entrar en materia, es necesario hacer las presentaciones necesarias. Por una parte tenemos al Lamborghini Huracán EVO, la última actualización del superdeportivo italiano que recurre a un incombustible motor V10 de 5.2 litros atmosférico capaz de erogar 640 CV de potencia. A su vez, el Urus, el primer SUV de la marca, cuenta con un V8 de 4.0 litros biturbo de 650 CV de potencia para convertirse así en uno de los más rápidos de su segmento.
Empieza la jornada con el V10
Primero nos ponemos a los mandos del Lamborghini Huracán EVO. Lo primero es que los asientos se asemejan más a un backet de competición debido a que la unidad equipaba los que estrenó el Performante. Recogen a la perfección pero son duros en exceso, y nos provocará cierta incomodidad a los pocos kilómetros. No importa.
El despertar del V10 atmosférico hace que nos olvidemos de su dureza, aunque volverá a salir a relucir. Los primeros metros se recorren en modo Strada, pero rápidamente una carretera de curvas nos invita a jugar con los modos Sport y Corsa.
El sonido del diez cilindros nos advierte de que el paseo va a dejar de ser relajado y tranquilo. Su respuesta tras hundir el pedal es contundente, aunque no esconde en ningún momento su condición de atmosférico, pudiendo dosificar -por increíble que parezca- sus 640 CV de potencia. El motor es igualmente enérgico y nervioso, y deja claro desde el primer momento que no le gusta circular a bajas vueltas.
La caja de cambios de siete relaciones y doble embrague es rápida y precisa, y nos permite gestionar el motor de la mano de dos grandes levas de tacto exquisito. Su dirección es precisa y rápida y, pese a que es sumamente comunicativa, le falta un grado que presentan algunos de sus rivales, tales como el Porsche 911 GT3.
La suspensión es firme, permitiendo que el paso por curva sea preciso, limpio y decisivo. Sin embargo, peca de ser excesivamente dura y seca, dejando que el Huracán, independientemente del modo de conducción en el que circulemos, sea un vehículo incluso algo incómodo para el día a día.
No obstante, su sonido, la respuesta del motor y el paso por curva ayudan a que nos olvidemos por completo de sus defectos. La visibilidad trasera no ayuda, el apartado tecnológico se siente algo obsoleto y su precio es excesivamente alto pese a ser un coche sumamente efectivo.
Una experiencia más relajante con el Urus pero más filtrada
Después de un trayecto intenso a los mandos del Lamborghini Huracán, llegó la hora de relajarse. Para ello nos plantamos ante el Lamborghini Urus, que ya nos recibe con una atmósfera mucho más tranquila y amigable para cubrir kilómetros con mucha más comodidad.
Lo primero que llama la atención es lo aislado que está respecto al Huracán. Aquí el apartado tecnológico es mucho más generoso, la calidad es de primer nivel y el modo Strada ofrece un coche realmente comedido pese al V8 que esconde en sus entrañas.
Los primeros kilómetros nos encontramos con un SUV que, pese a tener más de 600 CV, es perfectamente válido en el día a día. Pero el recorrido es el mismo que afrontamos a los mandos del Huracán pero en sentido contrario, así que rápidamente nos topamos con curvas sinuosas.
El modo Corsa se encarga de hacer la experiencia más abrupta y agresiva. El sonido se incrementa aunque, en parte, a través de los altavoces. La dirección se endurece y la respuesta del motor es muy contundente, sorprendiendo la agilidad y fuerza con la que mueve a un coche que supera holgadamente las dos toneladas de peso.
El paso por curva del Urus también sorprende para bien pese a su envergadura, permitiéndonos domarlas a ritmos altos. Sin embargo, el SUV de Lamborghini peca en algo que no nos esperábamos y es que está sumamente filtrado.
Bien es cierto que es un coche con un grado de confort mucho más alto y con la tarea de cumplir con otros cometidos distintos a los del Huracán. Aún así, la dirección no transmite en exceso y por muy rápido que puedas ir con el Lamborghini Urus no es un coche que transmita sensaciones.
Con todo ello, nos topamos con importantes diferencias en comportamiento entre el Audi R8 y el Huracán, siendo esté último más radical y transparente en cuanto a sensaciones. Sin embargo, entre el Audi RS Q8 y el Urus los parecidos son más que obvios, no existiendo una razón de peso para afrontar el desembolso extra que exige el SUV italiano.