SEGURIDAD VIAL
Hay dos momentos en el día que están marcados en rojo por la Dirección General de Tráfico, pero nada tienen que ver con el nivel de tráfico. Lo están porque son los períodos de tiempo en los que, según la DGT, es más peligroso ponerse al volante porque afectan al control que el conductor tiene de su vehículo.
Hay una serie de factores que minimizan el control que el conductor tiene de su vehículo: uno de ellos es el momento del día en que llevamos a cabo el trayecto, independientemente de si este es corto o largo. Por esta razón, la Dirección General de Tráfico ha identificado cuáles son los dos momentos del día en los que es más peligroso conducir: toma nota para, en la medida de lo posible, evitarlos.
Tendemos a creer que dormirse al volante es la única consecuencia derivada del cansancio acumulado, pero no es así. La somnolencia (la probabilidad que tienes de quedarte dormido en un momento determinado) también afecta a las capacidades del conductor para circular con seguridad.
La DGT señala que son numerosos los estudios los que apuntan a que un conductor que no había descansado suficientemente, que estaba bajo la influencia de determinados fármacos sedantes o que padecía algún trastorno de sueño, puede ser la causa de accidentes como salidas de vía, alcances traseros o diferentes distracciones.
Las dos horas clave
Así las cosas, la somnolencia interviene (directa o indirectamente) en el 15-30% de los accidentes de tráfico que tienen lugar en las carreteras españolas. Sus efectos no sólo se manifiestan por la noche, también son numerosos los siniestros diurnos en los que está implicada. Y uno de los cuatro principales factores que están detrás de ella es el momento del día. O dicho de otra manera: las dos franjas horarias en las que es más peligroso conducir.
Hay un lapso de tiempo durante la madrugada y otro durante las primeras horas de la tarde en los que, según apunta la Dirección General de Tráfico, el sueño aparece con más facilidad: entre las tres y las cinco de la mañana y entre las dos y las cuatro de la tarde. Independientemente de cuánto hayas dormido, en estos períodos de tiempo tendrás un poco más de sueño: razón por la que debes evitar conducir o, al menos, extremar la precaución.
¿Qué no debes hacer antes de conducir para evitar el sueño?
Hay formas de prevenir tanto la somnolencia como el sueño antes de subirnos al coche. La DGT recuerda que la fatiga tiene una estrecha relación con ambos y, por ello, si se ha realizado alguna actividad fuerte, hay que descansar antes de conducir y parar con mayor frecuencia. Aconseja, al mismo tiempo, evitar las comidas copiosas y ser cauto con los estimulantes (café o té) para evitar el efecto rebote.
¿Qué debes hacer mientras conduces para evitar la somnolencia o el sueño?
Existen, también, consejos que podemos seguir cuando estamos al volante para evitar que aparezca la somnolencia o el sueño. Uno de ellos pasa por no adoptar una postura excesivamente relajada al volante y otro por evitar los trayectos largos si no estás acostumbrado a ellos o si son por la noche.
Durante el trayecto, es aconsejable ventilar el interior del vehículo y no escuchar música relajante: sobre todo en las franjas horarias antes mencionadas. Y, por último, recuerda que hay que hacer descansos de 20-30 minutos cada dos horas o cada 200 kilómetros: no obstante, si estás cansado o las condiciones son desfavorables, para con mayor frecuencia.