MANTENIMIENTO AL DÍA
Al jugar un papel fundamental en la seguridad activa de tu coche, debes llevar a cabo un cuidadoso mantenimiento periódico.
Son varios los elementos del vehículo que juegan un papel fundamental en la seguridad activa del mismo, pero hay algunos que son, especialmente, importantes: el sistema de frenado es uno de ello, ya que nos permite reducir la velocidad o detener el coche cuando la situación así lo requiere. Para que cumpla su cometido a la perfección, necesita un escrupuloso mantenimiento periódico y unos cuidados que debemos seguir al pie de la letra: estos son los cinco mandamientos que debes cumplir.
1. Atención a las señales de tus frenos
Agudizar el oído es básico para conocer la salud del sistema de frenado de un vehículo. Según Oscaro (plataforma de venta de recambios online), los chirridos o ruidos agudos que se producen de forma constante cuando pisamos el pedal son síntomas que pueden indicar que las pastillas necesitan una revisión y, posiblemente, un cambio. Hay prestar atención, también, a las señales vibratorias del volante o del pedal: pueden ser un síntoma de que los frenos necesitan un cambio.
2. Comprueba el líquido de frenos
Es otra de las acciones básicas que podemos llevar a cabo sin tener que llamar a nuestro mecánico: echar un vistazo al nivel del líquido de frenos para comprobar que es el adecuado y para cerciorarnos de que no está sucio porque, en este caso, afectará negativamente a la frenada. Cuando llegue el momento de cambiarlo (las recomendaciones señalan que hay que hacerlo cada dos años o cada 50.000 kilómetros), apuesta por la calidad.
3. Cómo vigilar las pastillas
Los componentes del sistema de frenado tienen una vida útil y, si no hacemos nada que la acorte, por lo general hay unos períodos de tiempo establecidos que nos pueden servir de ayuda para saber cuándo toca pasar por el taller. En el caso de las pastillas es aconsejable reemplazarlas cada 25.000 kilómetros y en el cuarto cambio sustituir, de paso, los discos.
No obstante, estos números son orientativos porque pueden variar dependiendo del uso que hagamos o de los escenarios por los que nos movamos. Así las cosas, vigila que el grosor de las pastillas no baje de los dos milímetros.
4. Usa recambios homologados
Usar recambios homologados es sinónimo de seguridad: hay componentes con los que no conviene jugársela decantándose por marcas blancas o por piezas de segunda mano. Los neumáticos y el sistema de frenado son dos buenos ejemplos de ello: en el primer caso, ten en cuenta que las pastillas (la parte que más se cambia) tienen que tener grabado el código ECE R-90.
5. Practica una conducción eficiente
Este consejo de carácter universal sirve para que la vida útil de nuestro vehículo y de todos sus componentes no se acorte. Mantener un ritmo constante (sin acelerones ni frenazos bruscos), reducir las marchas antes de frenar de golpe evitará que los frenos de desgasten de forma prematura, prevendrá el desgaste del sistema de fricción… y reducirá el consumo de combustible.
A pesar de esta relevancia de la que os hablamos, los datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo son (cuanto menos) llamativos. Las últimas cifras disponibles datan de 2020 y desvelan que el 13,5% de los defectos graves identificados en las inspecciones técnicas obligatorias están relacionadas con los frenos. Razón por la que seguir estos cinco consejos es crucial para el buen mantenimiento de los frenos de tu coche.
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