SITUACIÓN ESTADOS UNIDOS
Aunque parezca paradójico, en Estados Unidos Tesla saldría beneficiada si se quitan las ayudas a los coches eléctricos
De la misma manera que Estados Unidos y Europa han actuado en consonancia contra China en cuestiones de comercio - levantando barreras y estableciendo aranceles contra sus coches eléctricos, Estados Unidos podría ser el ejemplo de un futuro escenario en Europa. El equipo de transición de Donald Trump plantea, entre otras muchas medidas, acabar con las políticas de coches eléctricos del todavía presidente Joe Biden, pudiendo acabar con los subsidios de hasta 7.500 dólares, similares al Plan Moves en España. Algo que no beneficiaría a ningún fabricante salvo, paradójicamente, a Tesla.
Es paradójico porque el propio Elon Musk no sólo ha sido un gran apoyo de Trump en su carrera electoral, acompañándole en los mítines, sino que también liderará su Departamento de Eficiencia Gubernamental (con las siglas en inglés ‘DOGE’ que, nada casual, es el mismo nombre de su criptomoneda cuyo valor se ha disparado, así como el del bitcoin). No sólo Musk está en las mismas reuniones con los magnates del petróleo, sino que según varios representantes de Tesla han comunicado a este equipo de transición, estarían a favor de acabar con los subsidios, los mismos que han aprovechado para ofertar precios de derribo en sus Tesla Model 3 o Model Y.
¿Están tan confusos que se hirieron a sí mismos? Nada de eso. Sí, el fin de los subsidios haría daño a las ventas de Tesla y de hecho su valor en la bolsa de Nueva York ha bajado un 6%...pero a todos sus competidores, como General Motors, Ford, Jeep (es decir, Stellantis) o Rivian (aliado ahora con Volkswagen), les haría un daño masivo. Aún sin subsidios, Tesla no tiene nada que temer contando con el 50% de la cuota de mercado en eléctricos en el tercer cuatrimestre de 2024 en Estados Unidos mientras que sus rivales no pueden decir lo mismo.
Con estas maniobras (que no sería tan sencillo en la práctica, ya que estas políticas precisamente están beneficiando a muchas personas en estados afines al partido republicano), Tesla es la que saldría más beneficiada al ser la que mejor aguantaría el golpe. Un golpe que también lo recibe la propia transición al coche eléctrico mientras siga siendo una tecnología notablemente más costosa que los coches de combustión, que siguen gozando de una gran popularidad en Norteamerica.
Por otro lado, se entiende que Musk aprovechará la victoria de Trump para resolver todas las trabas legales que estorben en el lanzamiento de su Cybercab autónomo. Lo cual nos lleva a Europa, en una industria en plena crisis que se enfrenta, aparte de a la llegada de fabricantes chinos, a un estancamiento de ventas de eléctricos tras el fin de los subsidios en Alemania y cambios en los mismos en Francia.
Esto ha trastocado todos los planes y previsiones de fabricantes como Ford o Mercedes de aquí al final de la década, además de las complicaciones de Volkswagen en sus plantas de Alemania o los objetivos de emisiones de CO2 que los fabricantes han de cumplir - parando la producción de coches de combustión si es necesario.
Lo que ocurra con las políticas de movilidad verde en Estados Unidos debe servir de ejemplo de qué hacer (y más importante, qué camino no tomar) para seguir con éxito esa transición o modificarla. Pero, si no se acierta en estos pasos desde Bruselas, desde los gobiernos centrales e incluso desde los ayuntamientos, la situación en la industria puede ir a peor, y esto va a ser un tremendo varapalo para miles de personas en toda Europa.