EL RENOVADO BUQUE INSIGNIA DE OPEL
Opel acaba de presentar la nueva generación de uno de sus productos más importantes, el Opel Grandland, que se actualiza profundamente para convencer a los que buscan un producto más emocional y atractivo sin dejar de lado la practicidad y la eficiencia
Fue en el año 2017 cuando Opel presentaba su Opel Grandland X, un SUV compacto con tintes familiares que, de hecho, fue el primer producto surgido de la absorción de Opel por parte de Stellantis. El resultado fue un SUV de segmento C, que si bien no enamoraba por su diseño o su dinámica de conducción, cumplía sobradamente cuando se trataba de ofrecer un vehículo polivalente y agradable de conducir en cualquier circunstancia.
Con el paso del tiempo el Grandland fue ganando en estética y en tecnología gracias a la llegada de mecánicas electrificadas, pero ahora la firma del rayo ha decidido darle un impulso aún más grande al modelo con la llegada de una nueva generación, completamente renovada, que hace uso de lo mejor actualmente dentro de Stellantis para intentar convertirse así en uno de los rivales más fuertes del que sin duda es uno de los segmentos más competidos del mercado.
El nuevo Opel Grandland (que ya perdió en 2022 la "X" en su denominación) se construirá sobre la plataforma modular STLA Medium de Stellantis, la misma que utilizan ya modelos como los Peugeot 3008 y Peugeot 5008, recientemente actualizados. A nivel estético las diferencias son notables, con un diseño mucho menos redondeado, más afilado y deportivo, y un crecimiento notable en cuanto a dimensiones ya que gana 17 cm de largo y 6,5 cm de ancho para una presencia mucho más imponente.
Destacan así elementos como la pintura bicolor (que ya estaba presente en la anterior generación), las llantas de hasta 20 pulgadas o el frontal con la máscara "Opel Vizor 3D", aunque los sistemas de iluminación son los grandes protagonistas tanto delante (donde es posible equipar una nueva generación de faros matriciales con más de 26.000 puntos de luz LED en cada faro) como detrás, donde la firma lumínica es mucho más llamativa gracias a la presencia de la denominación "OPEL" retroiluminada.
En el interior los cambios son también muy evidentes, con un salpicadero mucho más moderno y tecnológico en el que el principal protagonista es un display de 16 pulgadas, colocado en posición central, que aglutina la inmensa mayoría de elementos de control del vehículo. Incluso la instrumentación se ve ahora reducida, pasando a integrarse en un display mucho más pequeño, en formato horizontal, tras el volante. Mención aparte para los asientos, con todo tipo de regulaciones y certificación AGR, así como la inmensa cantidad de espacios portaobjetos distribuidos a lo largo y ancho del habitáculo.
A nivel mecánico los cambios son también muy importantes ya que el Grandland podrá ser también 100% eléctrico, ofreciendo hasta 700 km de autonomía gracias al uso de una batería de 98 kWh de capacidad que permite alcanzar el 80% de carga en apenas 26 minutos. Por otro lado, estará disponible una variante híbrida enchufable con hasta 85 km de autonomía eléctrica, así como versiones híbridas convencionales mediante la utilización de un sistema eléctrico de 48V que permitirá realizar maniobras y circular por debajo de 20 km/h haciendo uso de la electricidad.