La iniciativa de los trabajadores de Ford contra el 'estrés de las baterías'
La marca americana busca con este nuevo sistema eliminar la preocupación por los kilómetros de autonomía en los vehículos eléctricos, aportando la solución más sencilla, que no es otra que almacenamiento 'extra'. Aunque esto plantee algunos problemas que la marca resuelve con ingenio.
La aparición de los coches eléctricos ha generado en los conductores una nueva patología conocida como ansiedad de autonomía. Uno de los mayores problemas que está retrasando la transición hacia este tipo de vehículos. En la actualidad es posible desplazarse en estos automóviles durante más de 1.000 km sin preocupación alguna por tener que parar a repostar. No obstante, muchos usuarios esperan que esta distancia sea mayor para decantarse por el cambio al eléctrico.
Las soluciones para acabar con este problema son muy diferentes, aunque ninguna es como la que acaba de patentar Ford en Estados Unidos. Un extensor de rango que resulta, cuanto menos, curioso por su presentación, tal y como publica 'Híbridos y eléctricos'.
La opción más habitual para extender la autonomía es aumentar la capacidad de la batería hasta límites inimaginables. Pero en Ford tienen la convicción de que la solución a este problema pasa por un aumento en la eficiencia. Trabajando con esta premisa, los empleados de la marca americana acaban de patentar una solución que no se había visto hasta la fecha. Se trata de una batería auxiliar instalada en el techo del propio coche.
La idea es, básicamente, colocar esta batería auxiliar en la baca del vehículo con una manguera que conecte directamente a la toma de carga. Aunque esto no sirve como extensor de autonomía, ya que para ser considerado como tal es necesario que el automóvil esté parado. Sin embargo, si puede ser una magnífica solución para esos viajes donde no abunden las zonas de puntos de carga.
A pesar de ello, son varias las incógnitas a despejar sobre la patente. La primera de ellas, y la fundamental, afecta al peso. Las baterías no son nada ligeras. De hecho, una pila de 50 kWh de capacidad puede pesar más de 300 kg. Y según datos oficiales desvelan que los techos de los coches tienen una capacidad de carga de aproximadamente 100 kg. Algo que hace imposible la colocación de una batería en el techo sin que este acabe cediendo.
El otro gran problema que presenta la idea de Ford está en la autonomía. La instalación de bacas en la parte superior de nuestros automóviles genera un mayor consumo, y en el caso de los eléctricos, reduce la autonomía. Está claro que los americanos deberán dar otra vuelta de tuerca a su proyecto.