'Remake' del clásico de igual nombre, el roadster italiano asegura sensaciones de conducción puras
Probamos el Fíat 124 Spider, resurgido sobre el boato del mítico roadster italiano y con la impronta de ir montado literalmente sobre otro mito, el Mazda MX-5. Pero la firma transalpina ha dejado muy buena nota en el chasis 'donante' japonés, transformándose éste en un cabrio deportivo muy utilizable y hasta cómodo. Con una relación calidad-precio inmejorable y bello como ninguno.
La prueba del precioso Fiat 124 nacía un punto mediatizaba, ya que quien escribe fue afortunado propietario de un miata, en mi caso un NA básico de 110 cv. He de reconocer que esperaba desde hacía tiempo recuperar las sensaciones del viejo MX-5 con la escultural figura que Fiat ideó para rememorar a su antecesor. Pocos datos hay que repasar de este modelo tan -mecánicamente- simple. Una gama comedida con un bloque de cuatro cilindros y 1.4 litros de cubicaje que, turbo mediante, envía una potencia de 140 caballos al eje posterior de la mano de un par de 240 Nm.
Sobre la báscula, el Fiat 124 Spider arroja un peso de sólo 1.050 kg., lo que me recuerda a mi viejo compañero. El 124 Spider es uno de los productos con mejor relación precio/sensaciones y confieso que llevaba tiempo con ganas de ver hasta que punto Fiat ha hecho una opción igual de tentadora. Conseguido. Una unidad blanca, con tapicería de cuero en color tabaco, me espera en la campa de la central de FCA en Alcalá de Henares.
El habitáculo de este Fiat es muy similar al del Mazda MX-5, pequeños detalles distancian al italiano del japonés, especialmente la mencionada tapicería. Buena postura de conducción, muy cerca del suelo, con el volante y el pomo del cambio a la mano. Desde los primeros kilómetros el Fiat 124 Spider hace evidente su condición de coche turbo algo que se hace aún más notable cuando empezamos a abordar una carretera secundaria, y una interminable sucesión de curvas y es que el Fiat 124 Spider nos lo pone fácil, al contar con un motor que no necesita bajar marchas para disponer del par y de la potencia suficiente en cada viraje.
El Fiat 124 Spider ha sido diseñado en Turín pero se produce en Hiroshima, donde también 'nace' el Mazda MX-5. Los motores se envían desde Italia a Japón. El tacto a la dirección tiene con un buen tarado, es precisa y comunicativa, algo similar a lo que ocurre con el cambio, con exquisitas transiciones, con un buen nivel de dureza y marchas bien guiadas.
El paso por curva del Fiat 124 Spider se resuelve sin apenas balanceos, con una suspensión firme, decidida a contener la carrocería de este descapotable en cada curva y sorprendentemente lo hace con un conjunto que en ciudad, al afrontar zonas bacheadas, badenes… se siente incluso más confortable. De nota.
Hablamos, por tanto, de una mecánica manejable que nos da potencia desde abajo, sin tener que jugar con el cambio, motor que queda unido al chasis nada nerevioso y con un paso por curva más estable, más firme que en ningún momento repercute negativamente en el confort del coche. En fin, que el Fiat 124 Spider hace gala de una suspensión confortable, aunque capaz de contener los balanceos de la carrocería.
Las referencias al diseño del modelo original son evidentes y en este punto se pone de manifiesto uno de los principales reclamos para escoger al Fiat entre sus rivales, el principal vuelve a ser, claro, el Mazda MX-5. El Fiat 124 Spider aborda el segmento desde una perspectiva estética clásica que puede ser el principal motivo para decantarse por el italiano, que además invita a practicar una conducción más relajada. No se trata, ni mucho menos, de un simple cambio de carrocería, hay muchos más matices en la conducción de ambos que hacen que discurran por sendas muy dispares, ambas muy tentadoras.
Hay que felicitar a Fiat por haber adaptado tan bien su producto a la plataforma creada por Mazda. Me llevo una grata sensación con este Fiat 124 Spider. Era fácil imaginar que iba a ir bien, era más difícil imaginar que dos productos tan semejantes, que parten desde un mismo punto, iban a ser capaces de encontrar cada uno su hueco.
La gama del Fiat 124 Spider es sencilla, con una única motorización y dos niveles de acabado (Base y el Lusso). El primero arranca desde 26.500 euros y ya nos ofrece unas llantas de aleación de 16 pulgadas, el aire acondicionado, el control de crucero, el sistema multimedia con pantalla a color… mientras que la versión Lusso nos lleva ya hasta los 28.500 euros ofreciéndonos, como equipamiento adicional, un acabado cromado para el marco delantero y los escapes, unas llantas de aleación de 17 pulgadas, antinieblas delanteros, climatizador, tapicería en piel… por 30.500 euros y de la mano del acabado Lusso nos encontramos con una versión con cambio automático.
Precios en definitiva muy competitivos para un coche que te conquistará antes de probarlo por su estampa, dotado de una mecánica tentadora y que en definitiva habla de eso que los aficionados al motor no deberíamos permitirnos el lujo de perder: la búsqueda de una conducción animada a través de la sencillez, sin desorbitadas cifras de potencia, sin precios desorbitados, con un peso comedido y claro, con el encanto de que nada medie entre nuestra cabeza y el aire que discurre por la carretera.