LIMPIANDO LOS MARES
El fabricante de automóviles inglés mira hacia el futuro y la sostenibilidad con este Cooper SE. Un coche muy Mini con 184 CV de potencia y una autonomía de hasta 234 km.
Si nos ponemos a hablar de diseño, el mundo de los coches eléctricos es un mundo muy especial. Está claro que algunos diseñadores quieren hacer notar que el coche es eléctrico. Otros modelos, sin embargo, tienen una imagen más parecida a lo que vemos a diario.
Como este Mini, el Cooper SE. Por fuera, mantiene el mismo diseño que el Mini con motor de combustión, Conservando las líneas generales, pero incluyendo algún detalle específico para esta versión. Como la parrilla carenada o la tapa del cargador, lo que antes era el depósito. O los detalles en verde del nombre o la ausencia de tubo de escape.
En el interior, el mismo tono de verde se usa para el botón de arranque, que suele ser rojo en los de combustión. Por lo demás, cuadro con indicaciones específicas, misma pantalla central táctil, mismos asientos y mismos botones. Por fin un coche actual con botones. Y también con un mando para navegar por los menús sin tener que apartar la vista de la carrera más de lo necesario.
Este tipo de coches son los que más partido sacan a los motores eléctricos y las baterías. Son modelos pequeños que se usan la mayor parte del tiempo en ciudad. Aunque también sirven para desplazarte dentro de un radio medio.
La batería de casi 33 kW/h le permite homologar una cifra de 234 kilómetros de autonomía, siempre en el ciclo WLTP. Su motor eléctrico es capaz de generar hasta 184 CV de potencia. Esa es la cifra homologada. La realidad suele ser diferente siempre, pero como todos hacen las mismas pruebas, todos se desvían en la misma proporción en el consumo real.
Circulando a velocidades normales, como se mueve el resto del tráfico, este Mini se nota ágil, muy mini. Llevar la batería bajo el piso, baja el centro de gravedad y su comportamiento recuerda a la primera generación de la era moderna de la marca.
Aquel era un coche mucho más 'juguetón' que los actuales y esta versión eléctrica transmite algo muy parecido al conducirlo. Además, sin maltratar al medio ambiente. Es más, en Mini han sacado adelante una propuesta muy interesante. Se llama Mini Gravity Wave. Arrancó el año pasado y es un proyecto para recoger las botellas de plástico que flotan por todos los océanos del mundo. Estas botellas las procesan y ese material es el que usan para la tapicería de este Mini. Por tanto, por cada Mini que compremos limpiaremos, en este caso, 1kg de plástico del mar Mediterráneo.
Estos son los detalles que de verdad añaden valor. No se quedan solo en ofrecer un eléctrico más al público. La marca se involucra para contribuir durante el proceso de fabricación, en este caso limpiando los mares.
El Mini Cooper SE no deja de ser una adaptación de un modelo de combustión a eléctrico. Eso siempre penaliza a la hora de colocar las baterías y, sobre todo, limita el tamaño que estas pueden tener. A cambio, se conserva una estética más fiel al modelo original, algo que muchos clientes valoran.
Con 234 kilómetros, no es el eléctrico con más autonomía del mercado. Pero poca gente hace esa distancia cada día. Al final este Cooper SE es un Mini con todo lo bueno de la marca en cuanto a tecnología, seguridad, diseño, personalización y diversión al volante. Y, además, con etiqueta cero y cero emisiones, es decir, siendo responsable con el medioambiente.