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Probamos la versión más interesante de la gama

Prueba: Ford Ranger Wildtrack, el vehículo total

La Ford Ranger es una referencia en el segmento de las pick-up, y su versión Wildtrack, una de las opciones más equilibradas y atractivas de la gama para los que busquen, ante todo, polivalencia

Ford Ranger Wildtrak Daniel Valdivielso

En un mercado en el que los vehículos de turismo y los vehículos recreacionales suponen la gran parte de las ventas en cuanto a coche nuevo, el SUV se ha convertido en el tipo de coche por excelencia, el objeto de deseo de todo aquel que busca un coche polivalente que, además, ofrezca una imagen robusta y campera.

Sin embargo, aún queda esperanza para aquellos que buscan un vehículo en el que el enfoque de trabajo sea prioritario. Las pick-ups responden a esa llamada, un tipo de vehículo que además ha multiplicado sus cifras de ventas en los últimos años gracias al cambio de legislación que pasó a considerarlas vehículos de turismo, no camiones, equiparando su situación administrativa a la de un coche normal.

Ford cuenta con una amplia experiencia en el mundo de las pick-ups: una de las más vendidas del mundo es su Ford Ranger, que en la actualidad está disponible en nuestro país con una amplia oferta de carrocerías y versiones. Seguro que has oído hablar de la Ford Ranger Raptor, ¿verdad? Pues hoy la protagonista de nuestra prueba es la versión inmediatamente inferior, denominada Wildtrack, que aporta un refinamiento mayor con un consumo más contenido.

Ford Ranger Wildtrak | Ford
  • Diseño

El diseño de la Ranger Wildtrack es similar al del resto de versiones de la familia Ranger (sin tener en cuenta la Raptor, que cambia sustancialmente), por lo que tenemos delante un vehículo que supera con creces los 5 metros de largo -5.28 metros concretamente- ofreciendo una presencia muy robusta gracias a sus dimensiones y a detalles como la parrilla central, de gran tamaño, o a la generosa altura del conjunto.

Hay muchos detalles que, en conjunto, consiguen realzar la figura de la Ford Ranger. Es el caso, por ejemplo, de los pasos de rueda muy marcados, las llantas bitono de 18 pulgadas o las taloneras, de gran volumen. La cabina en éste caso es doble, y gracias a una pintura de color dorado para la carrocería en combinación con detalles en color gris como los retrovisores o el arco en la caja de carga se consigue una imagen muy llamativa.

Ford Ranger Wildtrak | Daniel Valdivielso
  • Interior

Hora de pasar al interior de la Ford Ranger Wildtrack: cuando accedemos al habitáculo de la Ranger -algo que requiere de cierta práctica y esfuerzo debido a la altura del conjunto- nos encontramos con un ambiente de lo más sorprendente: si nos tapásemos los ojos y no hubiésemos visto el tipo de coche en el que estamos sentados, es casi imposible distinguir entre ésta Ranger y un SUV generalista.

Y es que la Ranger destaca por su calidad de realización: los materiales, sin ser brillantes, sí son buenos, y su ajuste es muy destacable: es casi imposible encontrar detalles mal realizados, así como grillos o ruidos parásitos aunque se circule por terrenos muy rotos o complicados. Las formas del salpicadero son las de un turismo, con los mandos bien situados, aunque el volante, por ejemplo, cuenta con demasiados botones.

Los asientos, tapizados en cuero, recogen bien el cuerpo y, en las plazas delanteras, cuentan con calefacción. El espacio a bordo es más que suficiente, destacando la comodidad con la que pueden viajar los ocupantes de las plazas traseras siempre teniendo en cuenta que estamos hablando de una pick-up, donde la postura de los respaldos posteriores es más recta que en un turismo normal.

Ford Ranger Wildtrak | Daniel Valdivielso

El equipamiento es muy completo en ésta versión Wildtrack: desde los faros de xenón hasta la instrumentación con pantallas digitales, pasando por el climatizador bizona o el sistema de infoentretenimiento SYNC 3 con pantalla táctil y compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto, lo que convierte los viajes en la Ranger Wildtrack en un trayecto de lo más confortable.

  • En marcha con la Ranger

Ford ha conseguido dotar a la Ford Ranger Wildtrack de un confort de marcha muy superior al de la práctica totalidad de pick-up del mercado. Retiene, eso sí, su chasis de vigas y largueros, con suspensiones de paralelogramo deformable en la parte delantera con muelles tradicionales y un eje rígido con ballestas como elemento elástico en la parte posterior.

Con esto se consigue un confort de marcha bueno con un aislamiento notable de los ruidos externos, aunque, evidentemente, inferior al de un SUV debido a su alto peso (superior a los 2000 kg), a una dirección muy asistida y desmultiplicada y ciertos rebotes procedentes de la parte posterior, reacción que se hace más acusada cuando la caja de carga está vacía.

Ford Ranger Wildtrak | Ford

El motor de la unidad que hemos tenido la ocasión de probar es un bloque diésel de cuatro cilindros con 2 litros de cubicaje con doble turbocompresor que ofrece 213 CV y 500 NM, asociándose a una transmisión automática de convertidor de par con nada menos que 10 relaciones, consiguiendo así acelerar de 0 a 100 km/h en aproximadamente 10 segundos, alcanzando una velocidad punta de 180 km/h. Su consumo medio homologado es de algo menos de 8 litros, que son alcanzables en la vida real siempre que no nos pasemos con el acelerador y circulemos fuera de la ciudad. En terrenos urbanos o excursiones fuera del asfalto, lo normal es rondar los 12 litros/100 km.

  • Fuera del asfalto

La Ford Ranger Wildtrack se encuentra como pez en el agua fuera del asfalto: su sistema de tracción es integral conectable, es decir, en una utilización normal el vehículo circula con la única propulsión de las ruedas traseras, pero el conductor puede, a voluntad, engranar el eje delantero. Eso sí, no existe diferencial central, por lo que no se puede circular en asfalto seco con la tracción total conectada.

Además de la tracción total, existe la posibilidad de bloquear el eje trasero para repartir mejor la potencia, y si las cosas se ponen aún más complicadas, se dispone de una reductora con la que acortar los desarrollos: la Ford Ranger Wildtrack se convierte, entonces, en una auténtica de escalar, donde el límite -generalmente- lo pone el conductor.

Ford Ranger Wildtrak | Daniel Valdivielso

El mayor problema al que se enfrenta la Ford Ranger lo encontramos en su ángulo ventral, es decir, la posibilidad de que el vehículo “empance” debido a la gran distancia entre los ejes. Para garantizar la seguridad a la hora de superar obstáculos, la Ford Ranger Wildtrack cuenta también con un programa electrónico de control de descenso, que frena de forma selectiva cada rueda para mantener bajo control el vehículo en bajadas pronunciadas.

  • ¿Cuánto cuesta la Ford Ranger Wildtrack?

La Ford Ranger Wildtrack tiene un precio de salida, con la carrocería doble de la unidad que hemos probado, que parte de 35.167€ impuestos incluidos con el motor 2.0 EcoBlue de 213 CV. En el caso de optar por la caja automática, el precio arranca en 36.457€. Sin embargo, es posible optar por versiones con un precio mucho más reducido.

El precio de la Ford Ranger más económica, con cabina simple, acabado XL y motor EcoBlue de 170 CV, parte de 24.933€, aunque existen varias opciones para combinar, haciendo muy fácil la tarea de escoger nuestra Ranger ideal. Además, para aquellos que busquen las máximas prestaciones siempre se puede optar por la Ranger Raptor, la máxima expresión de la gama, que tiene un precio de partida de 51.900€.