Ponemos a prueba el Maserati Levante con motor V6 diésel de 275 CV
Nos ponemos al volante del MaseratiLevante Diésel en terminación Gran Lusso tras su última actualización.
El mercado de los grandes SUV de lujo no para de crecer y cada vez son más y mejores las alternativas que existen, aún así dentro de este segmento existe un nicho mucho más competido y reducido que es el de los SUV de corte más deportivo donde Porsche Cayenne y Maserati Levante son absolutos referentes.
Tras la actualización recibida en 2018, el MaseratiLevante se ha convertido en el único SUV de corte puramente deportivo que sigue ofreciendo un motor turbodiésel, una mecánica que pese a que Porsche la ha eliminado de su gama en favor de los híbridos enchufables, sigue teniendo mucho sentido si realmente estás pensando en hacer kilómetros y no tener que depender de una toma de corriente para firmar los mejores consumos.
Sí, el Levante Diésel puede ser para muchos una herejía, especialmente si tenemos en cuenta que por encima de esta mecánica existen soberbios motores gasolina V6 y V8 desarrollados por Ferrari, pero tras probar a fondo esta variante no podemos negar que el motor turbodiésel le siente francamente bien al Levante. Tanto como incluso firmar un sonido más que sugerente cuando circulamos en modo Sport.
Este motor diésel es el primero de este tipo empleado por Maserati y además de estar disponible en el Levante, también lo encontramos en los Maserati Ghibli y Maserati Quattroporte. Se trata de un propulsor diseñado por VM Motori, con 3 litros, un único turbocompresor, 275 CV de potencia máxima y 600 Nm de par. A nivel de transmisión nos encontramos la siempre excelente caja de cambios automática ZF por convertidor de par y 8 relaciones unida a un sistema de tracción total Q4 de talante deportivo que gestiona de forma inteligente el reparto de par entre trenes, otorgando siempre prioridad al eje trasero para ofrecer una conducción más deportiva.
Al volante del Maserati Levante Diésel nos encontramos con esa dualidad de la que habla la marca, con un chasis puesto a punto para sentirse casi como una berlina, con pinceladas de coche deportivo en reacciones, tarado de suspensión firme o una dirección rápida, pero mostrándose parco en consumos con registros que pueden moverse en torno a los 8,5 l/100 Km en autovía y que se mantienen en torno a los 10-11 l/100 Km si hablamos de circulación más urbana. Con estos registros es fácil usar a diario este Levante, siendo además un motor que brilla en bajos y medios para mover con soltura el conjunto, echando de menos solamente algo más de brío en la zona alta que es donde sus alternativas gasolina más destacan.
Llegado el momento de analizar su interior esta línea de acabado Gran Lusso firmada además por Ermenegildo Zegna consigue ofrecer uno de los mejores habitáculos de su categoría. En esta configuración se combina la piel en color rojo con la seda y las inserciones en fibra de carbono, una configuración que rezuma lujo y calidad hasta en el último detalle, y es que es precísamente en materiales y ajustes donde más destaca el Levante. Maserati ha hecho especial hincapié en que su gran SUV brille y por ello todo el interior luce materiales y ajustes de primer nivel, incluso en las zonas menos expuestas, huyendo de los símiles y empleando aluminio donde toca, como levas del cambio y manetas, y tapizados hasta más allá de donde la vista alcanza.
Con la llegada de la última revisión de la gama Levante además se introdujo una importante novedad, un nuevo sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil de 8,4 pulgadas. Una interfaz que complementa además un cuadro de instrumentos compuesto por dos esferas analógicas y una pantalla LCD a color. Maserati ha querido imprimir un toque clásico a su interior, algo de agradecer en el Levante dado su talante deportivo, sin embargo el despliegue en multimedia y conectividad es amplio y tanto por posibilidades es como funcionamiento esta interfaz nos deja con muy buen sabor de boca. Y no podíamos pasar por alto otro de los puntos más destacables del Levante, y es que a pesar de ofrecer mucha tecnología en su interfaz, el Levante mantiene no solo mandos físicos para las funciones más habituales, sino que añade un controlador físico para el sistema multimedia, un elemento que permite una mejor ergonomía y con ello reducir las distracciones.
En definitiva, el Maserati Levante Diesel es muy posiblemente la elección más acertada de toda la gama si es que estamos pensando en dar verdadero uso a este SUV. Un coche que además ofrece un carácter deportivo poco habitual en su categoría y que prácticamente solo iguala el Porsche Cayenne, aunque a diferencia de éste el Levante sí que permite disfrutar de un coche más exclusivo sin olvidarse del diésel.