hermano mayor del Audi Q7, no por longitud o espacio interior, incluye de serie la micro-hibridación a 48v
Hemos probado el Audi Q8, el SUV buque insignia de la marca de los cuatro aros. Desde su lanzamiento, el Audi Q8 ha conseguido situarse entre lo mejor de la categoría premium coupé, gracias a una estética muy agresiva y atractiva, un interior de primera categoría y una carga tecnológica a la altura de los vehículos más avanzados del mundo.
La guerra entre los grandes SUV de corte premium, y especialmente los denominados como SUV coupé, se puso al rojo vivo con el desembarco del nuevo Audi Q8 en el mercado. BMW X6 y Mercedes GLE Coupé llevaban demasiado tiempo repartiéndose las ventas de este nicho de mercado, un segmento donde también podemos ubicar a modelos como el Porsche Cayenne -ahora ya hay versión Coupé- o el Maserati Levante. Las espadas siguen en alto.
Pero volvamos de nuestro protagonista, el 'gran' SUV de la marca de Ingolstad, el Audi Q8, que cumple lo que promete, ofreciendo un plus de comportamiento gracias al eje trasero direccional o la suspensión neumática deportiva, y mayor nivel de confort y tecnología que su 'hermano' de plataforma, el Cayenne de Porsche.
El Audi Q8 es el hermano mayor del Audi Q7 (ver nuevo modelo), no por longitud o espacio interior ya que mide 5 centímetros menos y solo esta disponible en configuración de 5 plazas con un maletero de 605 litros, pero sí que lo es en tanto a posicionamiento buscando ofrecer una imagen más exclusiva y diferenciada con respecto al resto de la gama SUV de Audi. De hecho, tal es el afán de Audi por separar los modelos Q7 y Q8, que el nuevo SUV coupé estrena una estética muy personal, mucho más musculosa y con rasgos estéticos propios que sólo ofrecerá el Q8 por el momento.
Su exterior es su mejor carta de presentación, con un diseño agresivo que nos presenta una prominente parrilla frontal en diferente color (opcional), marcados pasos de rueda, llantas de hasta 22”, faros matriciales LED de nuevo cuño y una trasera hecha a medida para conferir esa imagen más ancha y deportiva. La caída del techo se acentúa a partir de las plazas traseras, con un pilar 'c' más ancho, un spoiler sobre el portón y unos pilotos LED que ocupan toda la superficie horizontal para convertirse en el elemento más característico del Q8.
En el interior también nos encontramos un habitáculo propio, heredado de los recientemente lanzados Audi A8, A7 Sportback y A6, que consta de una interfaz de triple pantalla que aglutina todas las funciones del vehículo. Esta interfaz es de serie en todos los Q8 y combina un cuadro de instrumentos digital de 12,3”, un sistema MMI con pantalla táctil de 10,1” y una tercera pantalla táctil de 8,6” desde donde se controla el climatizador, las funciones de los asientos y algunos asistentes a la conducción.
Se trata de un diseño minimalista que ofrece además control háptico para reducir las distracciones, pero que sobre todo destaca por ser una de las interfaces más logradas y completas de su categoría.
Nuestra unidad de prueba era la versión 50 TDI que corresponde al motor diésel 3.0 V6 TDI de 286 CV. Este motor está unido a un cambio automático de 8 relaciones y al sistema de tracción total quattro. Disponible desde 84.320 euros.
Hablamos de un grupo motopropulsor que encaja perfectamente con la filosofía del nuevo Q8, ofreciendo una gran eficiencia gracias al nuevo sistema semihíbrido de 48 voltios (el Audi Q8 tendrá etiqueta de emisiones ECO), pero al mismo tiempo moviendo con gran soltura al Q8 en todo tipo de escenarios.
Y es aquí donde podemos decir sin tapujos qué es y qué no es el Audi Q8, pues aunque su diseño habla de deportividad, a los mandos de este primer Q8 nos hemos encontrado un coche que efectivamente ofrece una mayor agilidad, también una mayor estabilidad en curva, pero en ningún momento hemos encontrado un exceso de brío o brusquedades que hagan pensar en un coche demasiado deportivo.
El Audi Q8 cumple lo que promete y se distancia del Q7 ofreciendo ese plus de comportamiento, especialmente en curva gracias al eje trasero direccional o la suspensión neumática deportiva, pero no se excede en las formas para mantener un altísimo nivel de confort a bordo. Un Porsche Cayenne, pese a compartir plataforma con el Q8, brinda una conducción más deportiva, sin embargo el Q8 ofrece un mayor nivel de confort y tecnología.
Más mecánicas para el 'gran' SUV de Audi
Al principio, la gama del Audi Q8 estaba limitada al citado bloque diésel 3.0 TDI de 286 CV (unidad de prueba), una opción que mueve bastante bien el conjunto sin que gaste demasiado pero que puede no encajar con los gustos o necesidades de ciertos usuarios. Luego han llegado más, incluida una de gasolina muy deportiva.
En diésel aparece la versión 45TDI que equipa el mismo bloque 3.0 TDI pero en su versión con 231 CV. Se combina con la transmisión automática de ocho velocidades y el sistema de tracción total Quattro, alcanza los 233 km/h de velocidad máxima y puede pasar de 0 a 100 km/h en 7,1 segundos.
La alternativa en gasolina se denomina 55TFSI y está equipada con el bloque de tres litros y seis cilindros que desarrolla 340 CV de potencia. Es la variante más prestacional de la gama, alcanzando los 250 km/h de velocidad máxima y pudiendo pasar de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos.
Todos los Audi Q8 incluyen de serie la micro-hibridación a 48v que permite reducir el gasto medio. No se conocen todavía los precios recomendados para el mercado español pero sí se sabe que llegarán con una dotación muy completa tanto en confort como en seguridad.
Audi presenta la versión deportiva del Q8, el Audi SQ8 TDI
Audi ha decidido lanzar al mercado la primera versión deportiva del Audi Q8, el Audi SQ8 TDI, que al igual que los últimos modelos Audi S, apuesta por un motor diésel para impulsar sus más de 2 toneladas a velocidades de vértigo. El Audi SQ8 TDI destaca además por sus componentes estéticos.
Mecánicamente el Audi SQ8 TDI recibe el mismo propulsor 4.0 TDI V8 de su hermano el Audi SQ7, también con un sistema de sobrealimentación mediante compresor eléctrico alimentado por un sistema de 48V para desarrollar un total de 435 CV y 900 NM, convirtiendo al Audi SQ8 TDI en un vehículo microhíbrido capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4.8 segundos, alcanzando los 250 km/h de velocidad máxima electrónicamente limitada.