ETIQUETA 'CERO' CON LA POTENCIA, EL ESPACIO Y LA CAPACIDAD OFF ROAD DE UN 'X' BMW
Con un agrado de conducción formidable, el X3 xDrive30e cuenta con una potencia conjunta de 292 CV, tracción total inteligente, se beneficia de la etiqueta cero de la DGT y su precio arranca en los 60.900 euros.
En plena 'Filomena' tuvimos la oportunidad de probar el BMW X3 xDrive30e, tercer SUV de la marca en incorporar una versión PHEV lo que convierte al X3 en el primer modelo del fabricante en ofrecer versión de combustión, un híbrido enchufable y un eléctrico.
El nuevo BMX X3 xDrive30e combina un propulsor gasolina de 4 cilindros y 2.0 litros de cilindrada que rinde 184 CV, y un motor eléctrico de 109 CV. En conjunto, ambos propulsores generan una potencia máxima combinada de 292 CV, asociado al cambio automático Steptronic de ocho velocidades. Todo ello, con un par motor de 420 Nm. De este modo, el fabricante alemán cifra la punta del PHEV en 210 km/h con un 0 a 100 km/h en 6,1 segundos.
BMW promete un SUV eficiente, caracterizado por su deportividad y tecnología. Concretamente, la marca anuncia unos consumos de 2,1 litros cada cien kilómetros (con emisiones de 49 gr/km) o, si hablamos de consumo eléctrico, de 16,4 kWh/100 km. Además, la tracción inteligente xDrive le permite distribuir el par entre las ruedas delanteras y traseras según las necesidades del momento, incluso cuando se conduzca en modo 100% eléctrico, para garantizar una excelente conducción tanto en carretera como fuera del asfalto.
La batería de iones de litio de 12 kWh de capacidad, otorga al modelo una autonomía eléctrica de 55 kilómetros, según el ciclo WLTP. BMW ha puesto especial hincapié en la ubicación de estas, situadas bajo el asiento trasero, para ahorrar espacio. Además, el depósito de combustible se ha movido para emplazarse por encima del eje trasero.
De este modo, la capacidad de carga del PHEV queda en 450 litros. Al abatir los asientos traseros, el volumen crece hasta los 1.500 l. La marca cifra el tiempo de recarga de las baterías en seis horas si se recurre a enchufes domésticos. Si este proceso se realizar con un BMW i Wallbox el proceso se puede completar en tres horas y media.
Cuenta también de serie con un sistema de aire acondicionado auxiliar. Éste, puede controlarse de forma remota desde un smartphone mediante BMW Connected App. Ésta sirve también para conocer a distancia el estado de carga de la batería, buscar y seleccionar las estaciones de carga públicas.
El X3 xDrive30e ofrece tres modos de conducción eléctricos: ‘Max eDrive’, que alcanza una velocidad máxima de 135 km/h libre de emisiones; ‘Auto eDrive’ con una punta eléctrica de 110 km/h y una gestión de ambos motores; y ‘Battery Control’ que permite controlar la carga de batería restante. De esta manera, la energía eléctrica se puede reservar para zonas urbanas.
El modelo ya está a la venta en nuestro país con cuatro acabados disponibles: Advantage, xLine, Luxury y M Sport. Su precio de partida se sitúa en los 60.900 euros.
Una vez resumidos sus datos, los que nos ofrece el fabricante, pasemos hablar de realidades, la mayoría muy positivas. La polivalencia es una de ellas y el agrado de conducción de este tipo de mecánicas en general, y en el caso del X3 PHEV en particular son sus mejores bazas.
Quizá sorprenda que no hablemos de la eficiencia, pero es que -como suele ocurrir- un híbrido enchufable con el peso, la carga tecnológica y las prestaciones del X3 xDrive motivo de nuestra prueba, para acercarse a los datos oficiales de consumo y autonomía hay que hilar muy fino.
Por mucho que nos concentremos en la conducción eficiente y, circunstancias como la temperatura exterior, el tráfico, impiden ni siquiera acercarse a los 40 kilómetros prometidos para obtener la preciada etiqueta cero, y mucho menos para los 55 homologados en ciclo WLTP.
Y es que la batería de 12 kilovatios es el mayor hándicap del modelo, con una capacidad real de 30-35 kilómetros en uso más ecológico. Y es que si pasamos de 135 por hora o exigimos con fuerza potencia el acelerador, el motor de gasolina saldrá en ayuda del eléctrico.
Por lo demás, si no hacemos recorridos largos a diario, hablamos de un BMW, que funciona bien en carretera, con precisión y confort, buen espacio interior –salvo el maletero– y una calidad entre las mejores del mercado. Y en el que, insistimos, una conducción precisa y agradabilísima, difícil de encontrar en un SUV.
Todo funciona con tanta suavidad que hay que consultar la instrumentación digital (opción) para saber si el motor térmico va a arrancar o ya se ha puesto en marcha. Incluso cuando aceleras a fondo, todo ocurre suave y silenciosamente.
Llamado la atención la gran capacidad de recarga eléctrica del 30e en fases de desaceleración y frenada, que vuelve por muchos momentos y metros a funcionar exclusivamente como eléctrico. Hasta llegar a ver cómo su autonomía 0 como eléctrico pasaba a 2 kilómetros, y no hablamos por haber bajado un puerto.
En definitiva, que el X3 xDrive30e se puede mover en rangos de consumo muy diferentes, en función del uso que puedas hacer de su parte eléctrica… o lo que le exijas a su poderoso motor de gasolina.
A su ecología 0 emisiones en ciudad (o fuera de ella) y razonable eficiencia en carretera, suma unas prestaciones acordes a los 292 CV fruto del trabajo combinado de ambos motores, aunque, como decía, también puedan disparar los consumos muy por encima de un Diésel. Pero estamos hablando de un SUV de algo más de 2 toneladas que en menos de 6 segundos alcanza los 100 km/h. Un deportivo.
Con todo esto, la calidad y cantidad de empuje hacen del 30e una versión exquisita, donde también el cambio de 8 velocidades aporta muchísimo agrado general. El mismo freno, aun con un primer recorrido de pedal algo esponjoso, no incomoda ni extraña una conducción en la línea de cualquier otro X3.
El sobrepeso que conlleva la parte eléctrica recae sobre todo en el eje trasero. Es cierto que se siente bien entrado en kilos, pero éstos no descomponen la buena entrada y el apoyo en curva. En general se siente muy equilibrado y neutro de reacciones y únicamente se descompone un puntito el eje posterior al abordar baches de tamaño significativo.
La tracción integral es permanente e incluso bajo propulsión eléctrica, por lo que no hay un cambio evidente de actitud en sus diferentes modos de propulsión. Por defecto, el X3 30e siempre rodará en el modo eléctrico MAX eDrive si hay carga en la batería.
El BMW X3 xDrive es, pues, un modelo completísimo, un producto muy moderno y de altísima calidad, que incluso por su sofisticada y refinada mecánica lo parece aún más.