306 CV Y TRACCION TOTAL
La gama del crossover compacto se enriquece con una apetecible versión de carácter dinámico que aterriza con mucha potencia y equipamiento.
La familia del MINICountryman se completa en estos días con la llegada de los Cooper S John Cooper Works que destacan por su estética personalizada, su mecánica de mayor potencia y otros pequeños detalles que lo convierten en la opción más exótica y deseada de la gama.
Bajo el capó el nuevo Cooper S JCW hace uso del mejorado bloque de dos litros con turbo que ahora desarrolla 306 CV y se oferta en exclusiva con la caja de cambios automática con ocho velocidades y el sistema de tracción a las cuatro ruedas ALL4, siendo una brillante alternativa para uso plural.
Y es que este SUV de tamaño medio es en realidad un deportivo tanto por motor y cambio como por chasis. Comenzando por lo primero, el salto -insistimos- hasta los 306 CV (antes daba 231; los mismos que siguen dando los Mini 3p y cabrio) es formidable. La fuerza viene de un motor de cuatro cilindros 2.0 con turbo (integrado en el colector de escape) que da 450 Nm de par a 1.750 rpm y empuja con rabia acorde al sonido que emana de sus dos escapes cromados.
Aunque se trata del mismo propulsor -aunque no lo parezca -que emplean las versiones S, incorpora un cigüeñal modificado, turbocompresores más grandes, un conducto de admisión de aire rediseñado, un nuevo sistema de inyección directa y un control de válvulas variable completamente modificado.
Según la homologación es capaz de alcanzar los 250 km/h de velocidad máxima (limitada) y acelera de 0 a 100 km/h en sólo 5,1 segundos mientras que el consumo medio se queda en los 6,9 L/100, con unas emisiones de 156 g/km de CO2. Para reducir el gasto en ciudad incluyen el sistema Stop&Start de serie.
Para gestionar el aumento de caballaje, John Cooper Works ha llevado a cabo modificaciones en el chasis del Countryman (también en los Clubman) para mejorar su comportamiento dinámico. Además un sistema de suspensión con amortiguadores reajustados, se ha recalibrado el Control Dinámico de Estabilidad –DSC– y la dirección electromecánica para darle más agilidad. Los frenos también son más potentes y montan discos de 360 mm delante y 330 mm detrás.
El cambio, automático con convertidor de par de ocho velocidades, actúa con mucha rapidez sobre todo en modo Sport. Las levas del volante, grandes, ofrecen un tacto sólido en su accionamiento que recuerda al de muchos deportivos que cuestan más del doble.
La tracción es total e inteligente. Esto significa que conduciendo de forma tranquila, o en una situación que no comprometa la estabilidad, la fuerza se deriva al eje delantero, pero que el embrague está siempre alerta para derivar la fuerza necesaria al eje trasero cuando se requiere, cosa que hace con rapidez fugaz.
Además, el propio cambio incorpora un bloqueo del diferencial que puede bloquear la fuerza en una de las ruedas hasta en un 39%, derivándola a su contraria del mismo eje para reducir a la mínima expresión cualquier intención de subviraje.
Se suman para completar un comportamiento deportivo formidable una dirección muy precisa y directa y la suspensión reajustada de la que hablábamos. Adaptativa por 525 euros, una cifra bastante razonable para lo que cuesta el coche, y que a la postre se demuestra muy recomendable. Resultado: puedes intentar sorprenderle actuando con volante, freno y acelerador a destiempo, y el Countryman JCW mantendrá el tipo sin que un latigazo recorra tu espalda.
La dotación estándar completa los faros LED, acceso y arranque sin llave, sistema multimedia con pantalla táctil a color, sensores de parking, detector de peatones, aviso pre-colisión, retrovisores térmicos, freno de mano eléctrico, ordenador, llantas de aleación, paquete deportivo, etc. El precio recomendado se ha fijado en los 48.800 €.