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VERSIÓN PRO PERFORMANCE

El Volkswagen ID.3 a prueba: así se comporta el primer coche eléctrico de Volkswagen

Tras el Volkswagen Beetle y el Volkwagen Golf, la marca alemana comienza una nueva era con el primer miembro de la eléctrica familia ID.

Volkswagen ha querido sumarse al cambio de movilidad con una familia integrada por vehículos completamente eléctricos y el encargado de inaugurarla ha sido del Volkswagen ID.3. Un compacto perfecto para la ciudad que nos ofrece la posibilidad de traspasar las fronteras de la urbe para realizar trayectos más extensos gracias a sus tres niveles de autonomía. Un modelo tan importante que ha sido situado a la altura del Volkswagen Beetle y el Volkswagen Golf para escribir un nuevo capítulo en Wolfsburgo. Así es y así se comporta el Volkswagen ID.3.

Con un simple vistazo podemos adivinar que estamos ante un coche distinto: la marca alemana ha querido que su diseño sea así para marcar las diferencias de esa nueva familia ID respecto al resto de la gama. Asentado sobre la plataforma modular de propulsión eléctrica (MEB) del Grupo Volkswagen, presume de unas formas redondeadas que no han sido elegidas por casualidad: contribuyen a que su coeficiente aerodinámico sea de 0,267… teniendo en cuenta que el del BMW i3, por ejemplo, es de 0,29. Además, el ID.3 mide 4,26 metros de largo, 1,81 de ancho y 1,56 de alto.

Líneas simples

Las líneas se mantienen bastante simples y sin florituras especiales | Volkswagen y Mikel Prieto

En el diseño exterior del ID.3 reinan las líneas simples, tanto es así que la atención del frontal es para unos grupos ópticos LED de nuevo cuño que, incluso, pueden interactuar con el conductor. Como buen eléctrico carece de parrilla y debajo del lugar que ésta debería ocupar surgen las entradas de aire. De camino a la zaga nos encontramos con llantas de 19 pulgadas y diseño específico, detalles estéticos como los vinilos del pilar C y una considerable caída del techo que acaba en un pequeño spoiler de color negro. El mismo tono elegido, en este caso, para el portón del maletero y el techo: efectivamente, la carrocería del Volkswagen ID.3 es bitono. En la parte trasera tampoco hay florituras; tanto es así que el protagonismo es, nuevamente, para los faros: LED, estrechos y horizontales.

Un interior tecnológico

Una vez dentro del ID.3 sorprende su diseño minimalista y la abundancia de tecnología: un buen ejemplo de esto es la iluminación ambiental interactiva que nos saluda cuando entramos y nos avisa cuando alguien nos llama o cuando el coche nos da alguna indicación. En cuanto a su equipamiento destaca la presencia de un head-up display con función de realidad aumentada que proporciona una cantidad de información considerable. Volkswagen ha querido darle todo el protagonismo para guiar al conductor y que éste mantenga la vista en la carretera.

En el interior nos encontramos con un cuadro de instrumentos digital y flotante | Volkswagen y Mikel Prieto

Por debajo nos topamos con un cuadro de instrumentos digital y flotante, que mide 5,3 pulgadas. Es más pequeño de lo habitual por ese reparto de papeles que os comentábamos hace un momento: a pesar de ello, cumple con su función y tiene ciertas opciones de personalización que podemos ajustar desde el volante. No obstante, lo que más llama la atención de este cuadro es un elemento situado a su derecha: el selector de cambios, que Volkswagen ha mudado desde la consola central hasta ahí.

La pantalla central

Hablábamos del volante del Volkswagen ID.3 que, como ya es costumbre en los modelos nuevos, es multifunción: cuenta con un buen número de botones táctiles con respuesta física para controlar los ajustes de este eléctrico. Está forrado en piel y lo cierto es que tiene buen tacto. Si bajamos la vista hasta la pedalera nos encontraremos con un divertido detalle: el acelerador tiene un ‘play’ dibujado y el freno cuenta con un ‘pause’. Si pasamos a la pantalla central, también flotante, observaremos una superficie de 10 pulgadas que alberga el sistema de infoentretenimiento. A esto hay que añadir los accesos directos a los controles del coche, información sobre consumos y autonomía y un GPS con una calidad notable.

Justo debajo de esa pantalla, que, por cierto tiene control gestual y por voz, Volkswagen ha extraído los ajustes de la climatización y el volumen del sistema multimedia para controlarlos con unos botones táctiles que responden bastante bien. En la segunda línea de esta botonera se han dispuesto una serie de accesos directos a los modos de conducción (Eco, Comfort, Sport e Individual), a diferentes asistentes… Y por último llegamos a la consola central, que está repleta de huecos para nuestros objetos, carga inalámbrica y un par de puertos USB C.

Ahorrando en materiales y acabados

Terminamos este repaso al interior del Volkswagen ID.3 con los materiales y ajustes. La marca alemana ha adoptado una actitud ahorradora en este aspecto porque el nivel de calidad percibido es medio y parece que pertenece a un segmento inferior. Los plásticos duros tienen buen tacto, pero abusan de ellos en exceso a la hora de combinarlos con otros más gomosos como el empleado en el contraste del salpicadero. Se observa demasiado negro piano y algunos ajustes, como los de la pantalla central, no resistirán bien el paso del tiempo.

Y si en las plazas delanteras destacábamos la tecnología, en las parte de atrás el protagonismo se lo lleva el espacio. El Volkswagen ID.3 tiene una distancia entre ejes de 2,76 metros… la misma cota que un Volkswagen Passat. Por lo tanto, una persona que mida 1,80 o 1,85 no tendrá problemas de espacio ni para la cabeza ni para las piernas. Tampoco tendrá dificultad para acceder a estas plazas traseras puesto que en el ángulo de apertura es bueno y el de entrada va por el mismo camino con formas regulares y cuadradas.

Los asientos laterales, hechos de materiales reciclados, son tan cómodos como los delanteros aunque en la plaza central falla el respaldo: es demasiado duro porque alberga el reposabrazos. Sin embargo, la persona que ocupe este lugar encontrará espacio de sobra para sus pies puesto que no hay túnel central; en su lugar encontrará un par de puertos USB C. Por último, hay que destacar que la configuración de las puertas es la misma que en la parte delantera: una combinación de plásticos duros con otros más mullidos en la zona de los asideros.

Capacidad en la media

El maletero es ligeramente superior al que vemos en el Golf | Volkswagen y Mikel Prieto

Terminamos el repaso a los diferentes espacios del Volkswagen ID.3 con su maletero, que tiene una capacidad de 385 litros: cinco más que el Volkswagen Golf. Presume de unas formas bastante aprovechables y regulables, sólo interrumpidas por los ángulos que dibujan los faros traseros. El interior está revestido con moqueta y cuenta con algunos complementos como ganchos para anclar el equipaje o una toma de 12 V. En su contra juega que la boca de carga es algo elevada y que no está enrasada con la superficie: el escalón es de un palmo.

Bajo ese suelo sólo encontramos un pequeño hueco en el que hay un kit de primeros auxilios y otro para reparar pinchazos. El maletero del ID.3 está en la media del segmento, sobre todo si tenemos en cuenta que el motor está ubicado en la parte de atrás. Y si os estáis preguntando si bajo el capó hay más hueco para el equipaje, la respuesta es no. Volkswagen ha aprovechado para ubicar ahí el climatizador, los depósitos de algunos líquidos, varios sistemas electrónicos… pero nada de espacio extra.

Tres baterías

Hechas las presentaciones, vamos con la parte eléctrica y mecánica del Volkswagen ID.3. En el caso de este compacto eléctrico, la potencia está supeditada a las baterías que elijamos. Hay tres opciones:

  • Pure: 45 kWh. Por el momento no hay cifras oficiales de autonomía, pero Volkswagen ha confirmado que, como mínimo, ofrecerá 300 kilómetros
  • Pro: 58 kWh, es decir, 425 kilómetros de autonomía según el Ciclo WLTP.
  • Pro S: 77 kWh que proporcionan 549 kilómetros de autonomía.

Para recargarlas tenemos dos opciones. La primera de ellas pasa por hacer uso de la Red Ionity, que con 125 kw nos permite recuperar el 80% de la batería en 30 minutos; el problema es que en España sólo hay cuatro estaciones así que lo más práctico es instalar un wallbox en nuestra casa con una potencia de 7,4-11 kW: así tardaremos entre seis y ocho horas en recargar el ID.3. Volkswagen pone a nuestra disposición tres cargadores: ID Charger (399 euros), ID Charger Connect (599 euros) e ID Charger Pro (849 euros). Además, la instalación en una vivienda unifamiliar sería de 950 euros y en un garaje comunitario costaría 1.450 euros.

El motor del Volkswagen ID.3

Os comentábamos antes que la potencia dependería de estas baterías. El Volkswagen ID.3 está equipado con un motor con un par de 310 Nm cuyas potencias oscilan entre los 126 y los 204 CV:

  • Pure: todavía sin datos.
  • Pro: 145 CV.
  • Pro Performance: 204 CV.
  • Pro S: 204 CV.

Este bloque transmite estas potencias al eje trasero a través de una caja de cambios de una sola velocidad (marcha atrás aparte) y un eje de rotación de dos etapas. Volkswagen cree que esta configuración es más que suficiente teniendo en cuenta que al ser un coche eléctrico su par motor es constante. Dicho esto, arrancamos el ID.3.

La ciudad es lo suyo

Como os comentábamos antes, su hábitat natural es la ciudad. En ella se mueve con agilidad gracias, en parte, a sus cortados voladizos y a su diámetro de giro de 10,2 metros. El motor es rápido y siempre está disponible para proporcionar una entrega total, una aceleración implacable y empuja con insistencia. Además, la caja de cambios, a pesar de tener una sola marcha, no necesita pararse para respirar y los frenos responden correctamente. En cuanto a consumos, en un recorrido de diez kilómetros por la ciudad, el ID.3 nos deja una cifra de 14,3 kWh.

Antes de salir a carretera es necesario aportar un par de datos que influyen en el comportamiento del ID.3: Volkswagen ha conseguido un reparto de pesos del 50:50 y ha colocado las baterías entre los dos ejes para que el centro de gravedad sea lo más bajo posible. Con esto en mente, ponemos rumbo a vías interurbanas donde observamos que, igual que la ciudad, la dirección tiene un tacto ligero. Su respuesta es hábil y convincente, pero, al mismo tiempo, está entumecida. Eso sí, el Volkswagen ID.3 absorbe correctamente las irregularidades de la calzada, la suspensión consigue que apenas haya oscilaciones y en el paso por curva responde. Durante algo más de 30 kilómetros, el ID.3 ha consumido 13,7 kWh… teniendo en cuenta que la cifra oficial es de 15,5 kHWh.

¿Cuánto cuesta el ID.3?

Es hora de aparcar el Volkswagen ID.3, pero antes repasaremos su gama de precios. Teniendo en cuenta que el equipamiento de serie incluye faros delanteros y traseros LED, control por voz, ID.Light o sistemas como la frenada de emergencia Front Assit o el Lane Assist, entre otros, el precio del Volkswagen ID.3 Pro Performance (425 kilómetros y 204 CV) que hemos probado es de 36.145 euros sin descuentos ni ayudas. Dentro de un tiempo llegará al mercado el Pure con un precio que no superará los 30.000 euros, pero, por ahora, el Pro Performance es el acceso a la gama. El Volkswagen ID.3 Pro S (549 kilóemtros y 204 CV), por su parte, arranca en 40.615 euros.

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