VISTO EN EL SALÓN DE MÚNICH
BMW ha imaginado un futuro lleno de coches eléctricos hechos con materiales sostenibles y con capacidad para la conducción autónoma.
¿Cómo es el futuro para BMW? La marca alemana lo ha imaginado lleno de coches eléctricos hechos con materiales sostenibles y con capacidad para la conducción autónoma. Los dos primeros ingredientes son los principales que dan forma a la receta para su próxima generación de vehículos compactos: así es el BMW i Vision Circular.
Lo primero que hay que destacar es que hablamos de un prototipo y muchos de los elementos de este coche compacto de cuatro metros y cinco puertas no llegarán a producción. No obstante, sirven para conocer cuáles son las intenciones de BMW: romper con los cánones de diseño con una propuesta totalmente diferente a lo visto hasta el momento.
La estética del BMW i Vision Circular
El BMW i Vision Circular es un coche lleno de ángulos con formas que se antojan complicadas de trasladar a la realidad como ocurre con el parabrisas delantero y el portón de la zaga, que se han transformado en dos enormes superficies acristaladas unidas entre sí. Los voladizos son mínimos y sí hay elementos reconocibles como la curva Hofmeister o los dos riñones de BMW, que en esta ocasión se expanden horizontalmente integrando los grupos ópticos.
El interior, diseñado para albergar a cuatro personas, luce una heterogénea combinación de componentes tecnológicos y formas. El volante ha sido impreso en 3D, el cuadro de instrumentos, por ejemplo, es un holograma y el sistema de infoentretenimiento es una pantalla completamente integrada en un salpicadero con forma triangular. Es ahí donde se concentran todos los controles ya que el BMW i Vision Circular prescinde de cualquier elemento tradicional.
La sostenibilidad de BMW
Diseño aparte, el BMW i Vision Circular tiene un curioso punto de partida: la economía circular. Con este compacto eléctrico, la marca bávara quiere demostrar que es capaz de encontrar nuevas formas de reducir la huella de CO2 que dejan sus vehículos a lo largo de todo su ciclo de vida. Fruto de esto, hablamos de un coche eléctrico en el que es posible reciclar todos sus componentes para darles una segunda vida.
Así rebajan el impacto ecológico derivado de su producción. No es la única acción: a ella se une el uso de energías renovables, el de materiales secundarios como el acero y el aluminio reciclados o el de aquellos con origen biológico certificado como el caucho de los neumáticos. A esto hay que añadir procesos de menor impacto como pulir la carrocería en lugar de pintarla, la impresión 3D y la conocida ausencia de emisiones al tratarse de un eléctrico.
Sobre el apartado mecánico apenas hay información. Siguiendo la línea anterior, BMW sólo ha desvelado que el BMW i Vision Circular estará equipado con una batería de estado sólido hecha casi en su totalidad con materiales reciclados que se podrán reutilizar una vez finalice su ciclo de vida útil a bordo de este compacto.