Descubrimos el Citroën Oli, la movilidad eléctrica del futuro

El mundo del motor se encuentra en constante movimiento, evolución y desarrollo. En ocasiones nos sorprenden con modelos visionarios propios del futuro, que se convertirán en algo más que en un objeto que nos lleve de un lado para otro. Se convertirán en una extensión más de nosotros.

Una de esas visiones de Citroën toman vida con su prototipo Oli, cuyo diseño es cuanto menos llamativo: según Citroën, es una muestra de rebeldía, que dice basta al concepto de coche eléctrico pesado, complejo y costoso. Para su fabricación se emplean muchos materiales reciclados. El capó, el techo y la zona trasera tipo pick-up son completamente planos hechos a partir de cartón reforzado con fibra de vidrio, para facilitar una reparación más sencilla y barata.

El talón de Aquiles de un coche eléctrico es su peso, aunque, en este caso, la marca apunta a que se quede en unos 1.000 kg, que le permitirían llegar hasta los 400 kilómetros de autonomía. Con una velocidad máxima limitada a 110 km/h, perfecto para su uso en ciudad y cortos viajes.

Para conseguir esas cifras, el Oli se alimenta de una batería de 40 kWh de capacidad, con posibilidad de ofrecer cargas bidireccionales, pudiendo servir como fuente de alimentación para otros aparatos eléctricos o incluso para una casa en caso de apagón, pudiendo suministrar hasta 3,6 kiloWatios.

Es un modelo muy curioso y, según la marca, varios elementos de este prototipo llegarán de una u otra forma a vehículos de producción. Bueno, eso todavía está por ver, pero lo que sí es seguro es que estrenarán el nuevo logo mostrado en el Oli. Una nueva identidad de marca que pretende transformar cómo nos moveremos en los próximos años.

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