SEGÚN LA ACEA
De los 225.000 cargadores públicos disponibles actualmente en la Unión Europea, solamente 25.000 son aptos para la carga rápida
Los coches eléctricos y los híbridos enchufables no paran de crecer en Europa: en 2021 se vendieron 2,25 millones de unidades, una cifra que supone el 19% del mercado. Los conductores del Viejo Continente se atreven, cada vez más, a apostar por este tipo de vehículos a pesar de algunas de sus barreras de entrada como la red de recarga: no sólo es (aún) escasa, también es lenta.
Abrirse paso no está siendo fácil debido a los obstáculos que, como toda nueva tecnología, tienen que sortear. Uno de los puntos que más inseguridad genera en los conductores es la falta de una infraestructura consistente: faltan puntos de carga disponibles. Y no sólo eso: no son muchas las estaciones que ofrecen carga rápida. Esta modalidad representa el 11% de la red de toda Europa.
Este dato ha sido proporcionado por la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA). Desde su punto de vista creen que para convencer a más conductores de que abracen la transición energética hay que eliminar todas las molestias asociadas con la carga. Para ello son necesarios más cargadores en su entorno diario y estos puntos deben ser rápidos y fáciles de usar. Esta operación tiene que ser tan cómoda y sencilla como lo es repostar gasolina o diésel.
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La ACEA considera que la infraestructura de recarga europea para coches eléctricos del Viejo Continente es deficitaria: de los 225.000 cargadores públicos disponibles actualmente en la Unión Europea, únicamente 25.000 son aptos para la carga rápida. O lo que es lo mismo: solo uno de cada nueve puntos tienen una capacidad de 22 kW o superior representando el 11% de la red.
¿Y dónde están estos cargadores rápidos? La mayoría de ellos están ubicados en Alemania (7.325), Francia (3.751) y Países Bajos (2.429); España no se encuentra demasiado lejos del podio con 2.128 puntos de este tipo. La cruz de la moneda la representan Luxemburgo (10), Grecia y Chipre.
El resto de cargadores
Dominan, por lo tanto, los puntos de recarga con una capacidad inferior a los 22 kW: un amplio abanico de cifras en las que predominan las estaciones con baja capacidad, que son las más comunes y las que implican una mayor espera para el conductor. Según ACEA, cargar un coche eléctrico en estos 200.000 cargadores de baja tecnología puede implicar períodos de tiempo que abarcan toda una noche. Algo que no sucede con las tomas de alta capacidad, donde el proceso se reduce a menos de sesenta minutos dependiendo del punto y de la potencia que admita el vehículo.
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