SEGUIRÁN CONVIVIENDO
Mazda ha aclarado que el nuevo Mazda2 basado en el Toyota Yaris no se asentará como sustituto del anterior, sino que se ofrecerán indistintamente pero, ¿por qué?
Tal y como está avanzando la industria automovilística, resulta lógico que dentro de una misma marca se ofrezcan diferentes opciones mecánicas. Así, podemos escoger entre vehículos de combustión -cada vez más escasos-, híbridos, híbridos enchufables y eléctricos, a veces incluso dentro de un mismo coche. Sin embargo, Mazda ha realizado una jugada un tanto curiosa con el Mazda2, modelo que acaba de ser presentado después de utilizar como base la del Toyota Yaris pero que no sustituye a la generación que estaba presente en la firma, sino que convivirá con ella.
Y es que así lo ha aclarado Mazda en un comunicado oficial después de que se interpretase que este nuevo Mazda2 llegaría como sustituto puro y duro del anterior modelo como suele ser habitual. Sin embargo, el argumento de la firma nipona es otro y aparentemente lo suficientemente sólido como para tener dos coches con mismo apellido pero diferente estética y mecánica.
En una primera instancia, este nuevo Mazda2 no ofrece ninguna diferencia respecto al Toyota Yaris que toma como punto de partida, más allá de las llantas y los logotipos. Con esta premisa, tampoco encontramos diferencia alguna en la mecánica, donde el protagonista es un propulsor atmosférico de tres cilindros y 1.5 litros que, en combinación con un motor eléctrico, desarrolla 116 CV de potencia.
Esta condición de híbrido convencional le otorga al Mazda2 la etiqueta ECO de la DGT, ayudando así también a reducir las emisiones globales de la marca. Sin embargo, el Mazda2 de cosecha propia seguirá en venta sin modificación alguna y con el único pretexto de servir como alternativa mild-hybrid para aquellos clientes que no quieran un utilitario híbrido al uso.
Así, el Mazda2 se ofrecerá, igualmente, con un motor de cuatro cilindros atmosférico de 1.5 litros que desarrolla 90 CV de potencia. A este le ofrece apoyo un pequeño motor eléctrico que actúa a modo de alternador y que permite que el utilitario japonés sea catalogado como vehículo mild-hybrid y, por ende, recibe también la etiqueta ECO de la DGT.
Entonces, ¿tiene sentido que ambos modelos convivan juntos? Lo cierto es que las dos versiones del Mazda2 pertenecen al mismo segmento y ofrecen, salvando las distancias entre los sistemas eléctricos de ambos, mecánicas muy similares. Por una parte tenemos un diseño heredado directamente del Toyota Yaris, así como el habitáculo, que ofrece peores calidades que el del Mazda2 original, aunque este pierde en tecnología.
Sea como fuere, esperaremos a que Mazda argumente esta decisión con un aspecto crucial: el precio del nuevo Mazda2. Y es que, si realmente se convierte en un vehículo más barato que el Toyota Yaris podría ser una opción muy interesante pero, ¿qué pasaría si fuese más caro que el Mazda2 original o más barato? ¿Se canibalizarían entre ellos? Pronto lo sabremos.