Ha matriculado hasta febrero más unidades TGI que en los primeros 9 meses de 2017
Con este tipo de motorización se consigue una reducción de las emisiones de CO2 de en torno a un 25% menos que un gasolina, así como la notable disminución de otros gases contaminantes, como el dióxido de carbono (NOx). La compañía de Martorell ha multiplicado por diez las ventas en España de su gama de vehículos TGI, con tecnología híbrida de gas natural comprimido GNC y gasolina.
SEAT ha vendido hasta febrero 557 unidades de su gama TGI (modelos propulsados por Gas Natural Comprimido o GNC) y ha superado así las matriculaciones que realizó de esta misma gama durante los nueve primeros meses de 2017. Eso significa, según ha destacado SEAT en un comunicado, multiplicar por diez las ventas de modelos propulsados por GNC en comparación al mismo periodo del pasado ejercicio.
Estos 'positivos' datos 'dejan claro que la apuesta de SEAT por su tecnología TGI se dirige a una clara consolidación en el mercado', ha señalado la marca. A su gama TGI, que aúna el Mii Ecofuel de 68 CV y el León 1.4 TGI de 110 CV -tanto en su variante de carrocería de cinco puertas como el familiar ST y disponibles con cambio manual y DSG-, se ha sumado recientemente el Ibiza 1.0 TGI de 90 CV.
A finales de año se incorporará a la gama el nuevoSEAT Arona que también contará con el motor 1.0 TGI de 90 CV. Las ventas de versiones TGI han sido 'clave' para convertir al SEAT León en el modelo del segmento C más vendido en España a cliente particulares (2.830 matriculaciones), ya que las ventas en su versión híbrida de gas natural y gasolina representan cerca del 10 % de las ventas en ese canal (285 unidades).
En la nota SEAT ha recordado que los modelos TGI suponen un 'considerable ahorro' del coste por kilómetro recorrido de, aproximadamente, un 50% frente a su homólogo en gasolina; un 30% frente a un diésel; más de un 15% que un vehículo impulsado por GLP; y, por último, un 20 % más económico que un híbrido eléctrico no enchufable de gasolina.
También supone, según la marca, una 'alternativa ecológica real', ya que con este tipo de motorización se consigue una reducción de las emisiones de CO2 de en torno a un 25% menos que un gasolina, así como la "notable disminución" de otros gases contaminantes, como el dióxido de carbono (NOx)