HASTA 506 KILÓMETROS DE AUTONOMÍA
Hemos probado el Toyota bZ4X, el primer SUV 100% eléctrico de la firma japonesa, que promete convertirse en una de las referencias del segmento.
El bZ4x es el primer vehículo eléctrico fabricado y diseñado por Toyota y también el primer modelo de la nueva familia bZ ('beyond Zero') de vehículos eléctricos, basado en la filosofía de la 'Nueva Arquitectura Global de Toyota Eléctrica' (eTNGA, por sus siglas en inglés).
La firma automovilística japonesa espera que este todocamino sea una 'variante' del RAV 4, pero siendo algo más ancho y bajo con un maletero que tiene una capacidad de hasta 452 litros con los asientos traseros colocados.
El bZ4x incorpora la batería como parte integral del chasis, bajo el piso del vehículo, lo que mejora la estabilidad y el espacio interior. En el exterior, destaca la nueva forma de "martillo" en el frontal y unos finos faros frontales. Mientras que en el lateral cuenta con llantas de aleación de hasta 20 pulgadas de diámetro.
En el interior, el modelo exhibe un fino cuadro de mandos situado más abajo, lo que potencia la sensación de amplitud y la visibilidad del conductor. La cabina está centrada en el conductor, en la que una pantalla TFT informativa de siete pulgadas se sitúa justo enfrente, en su línea de visión, por encima del borde del volante, al estilo del i-cockpit de Peugeot. Al igual que en los modelos de la firma del león, una vez te acostumbras resulta muy cómodo.
El bZ4X con tracción delantera monta un motor eléctrico con una potencia de 204 caballos. La variante con tracción total genera una potencia máxima de 218 caballos. La batería de ion de litio de alta densidad tiene una capacidad de 71 kilovatios hora, con la que dispone de una autonomía de hasta 506 km para la versión de tracción delantera más de 463 kilómetros sin emisiones. La batería se puede cargar al 80% en unos 30 minutos con un sistema de carga rápida de 150 kW (CCS2).
El bZ4X es el primer modelo de Toyota de producción en ofrecer el sistema de dirección por cable, One Motion Grip. Este sistema prescinde de la conexión mecánica entre el volante y las ruedas delanteras, y ajusta el ángulo de los neumáticos con precisión según la intención del conductor. En cuanto a sistemas de seguridad y entretenimiento, el bZ4X está equipado con sistemas avanzados Toyota Teammate que ofrecen seguridad activa y asistencia al conductor.
En el interior los cambios son aún más notables, destacando detalles como la instrumentación digital desplazada hacia la luna delantera, el volante estilo "yoke" o la consola central flotante. El interior es espacioso gracias al empleo de la plataforma e-TNGA, por su diseño inicial pensado para acoger mecánicas 100% eléctricas.
A nivel técnico, el Toyota bZ4X monta un motor eléctrico de 150 kW en el eje delantero (el mismo que utiliza el Lexus UX300e) y, en el caso de las versiones de tracción total, dos motores de 80 kW sobre ambos ejes.
El resultado final son 204 CV y 265 NM de par para el modelo de tracción delantera, con lo que acelera de 0 a 100 km/h en 8.4 segundos y una velocidad máxima de 160 km/h. El modelo con tracción total (unidad de prueba) genera una potencia máxima de 218CV y 336 NM de par, permitiéndole acelerar de 0 a 100 km/h más rápido, en 7.7 segundos.
Alimentado por una batería de iones de litio de 71.4 kWh de capacidad refrigerada activamente por líquido, el Toyota bZ4X ofrece, una autonomía homologada de unos 450 km, lo que supone un consumo de energía netamente inferior a la marca de los 20 kWh/100 km en ciclo WLTP.
Además, podrá recargarse a una potencia máxima de 11 kW en corriente alterna y a 150 kW en caso de optar por la carga en corriente continua. En esa situación, podrá pasar del 0 al 80% en 30 minutos.
El bZ4x se basa en la plataforma eTNGA y mide: 4,69 metros de largo, 1,6 metros de alto y 1,86 metros de ancho. Si ponemos como ejemplo un RAV4 tenemos que el BZ4X es 95mm más largo, 60mm más bajo y 20mm más ancho. Estamos ante un SUV eléctrico de unas dimensiones muy parecidas al superventas RAV4.
En el frontal destacan unas finas ópticas, unidas por una calandra en color negro, seguramente el aspecto más diferenciador del Toyota BZ4X y lo que le hace sentirse diferente a otros modelos de la marca.
En el lateral, llaman mucho la atención las molduras sobre los pasos de rueda y las líneas de carácter marcadas con fuerza en las puertas y un pilar c grande que eleva la sensación (tipo coupé) de caída de techo.
En la zaga encontramos ya detalles más familiares dentro de la marca Toyota, como las poderosas ópticas traseras unidas por una tira led a lo largo de la tapa del maleteros justo bajo un leve alerón en forma de pestaña, y un doble spoiler trasero que alarga la caída del techo.
Dentro, es evidente que lo que se ha buscado en la parte delantera por encima de todo es de dotar de amplitud tanto a conductor como a copiloto. Primero por un cuadro de instrumentos muy alejado y como hemos dicho, por encima del volante.
Por otra parte, se prescinde de la guantera y, en su lugar, tenemos un hueco enorme por debajo de la consola central. Gustos hay para todos, pero lo cierto es que ahí no podemos dejar objetos de valor a la vista, y tenemos que introducirlos, si es el caso, bajo el apoyabrazos central.
Seguimos dentro, y nos fijamos en los acabados. No se siente premium, pero queda en un termino medio entre lo que sería su primo-hermano RZ, de la marca hermana Lexus, con el que guarda evidentes parecidos, y otros SUV de la propia Toyota y eléctricos más generalistas.
Un punto de equilibrio que funciona muy bien frente a sus rivales, pues la mayoría de los compradores comparten ese objetivo a la hora de adquirir un coche. Salvo los que se acercan al mercado con presupuestos muy claros, ya sea a la baja, o a la alta.
Así, encontramos cierto acolchamiento en plásticos superiores de puertas y salpicadero, y en este último una gran moldura con un recubrimiento textil que recuerda al de un sofá, además de profusión del habitual -y algo suciete- negro piano. Sería como un Rav4, pero más informal, digamos.
Otro elemento que llama la atención, empezando por su tamaño, es la pantalla multimedia, de 12,3" panorámica y que se sale, ahora sí, por tamaño y cualidades, del catálogo tecnológico habitual de la marca japonesa.
Es reseñable, también, la ubicación de los menús de climatización justo debajo de la pantalla, algunos de ellos -los más utilizados- accesibles a través de botones -aplausos- en una solución más o menos salomónica.
En cuanto a las plazas traseras, aunque el espacio habitable -pese a ser 6cm más bajo que un Rav4- esta en la media del segmento y por encima de otros suv gracias a tratarse de un eléctrico sin túnel central, el acceso no es tan amplio como se espera de un modelo con vocación familiar.
Y en lo que se refiere, los 452 litros que anuncia la marca para el maletero, se antojan más visualmente por las formas más o menos regulares, y eso sin contar con el doble fondo disponible.
Mecánicamente, el Toyota bZ4X llega con dos formatos posibles: 4x2 y 4x4, estando ambas alimentadas por la misma batería de iones de litio con 71,4 kW. En tracción delantera tenemos 204 CV, 218 CV en versión de tracción total. La versión 4x2 del bZ4X consigue 516 km de autonomía, mientras que la versión 4x4 se queda en 470 km.
En cuanto a los tipos y tiempos de recarga, ésta se puede realizar a potencias de hasta 11kw en corriente alterna o hasta 150 KW en cargadores de corriente continua.
La dirección es directa, aunque bastante filtrada al igual que las suspensiones, independientes, lo que ofrece al volante un rodar muy cercano al de lo que se entiende por un vehículo premium.
Nuestra unidad de prueba es la que equipa la tracción total y 218 cv de potencia, más que suficientes para mover con soltura el conjunto y que permite llevar a cabo adelantamientos o afrontar pendientes sin ningún tipo de apuro y mucha seguridad.
En cuanto a los consumos, no resulta demasiado complicado, en recorridos preminentemente urbanos, firmar unos consumos de 18kw/h, una cifra muy competitiva en su segmento.
Elementos como la calefacción por bomba de calor ayudan en la época invernal a sostener esos niveles de eficiencia sin penalizar el confort. Es posible, también, equiparlo con un techo solar capaz de generar energía suficiente para recorrer 1.800 kilómetros al año.
Con un peso de unos 2.000 kilogramos, y las enormes llantas de 20" pulgadas de nuestra unidad de pruebas, no hemos apreciado rebotes ostensibles y el confort de marcha para todos los ocupantes es notable.
Desarrollado en colaboración con Subaru (no hay nada más que fijarse en el Solterra), este crossover eléctrico se beneficia de las funcionalidades de aquela, como es la tecnología X MODE. Los ángulos de ataque y salida son algo pobres, pero por otro lado gana en comodidad y resiliencia 'urbana'.
Pero no vamos a poder comprarlo, solo adquirirlo a través de renting.