INFORME SOBRE ELÉCTRICOS
Todos los aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de saltar del coche de combustión al eléctrico: tipos, ventajas, desventajas y mucho más.
El número de vehículos eléctricos ha ido aumentando en las calles españolas. No es ninguna novedad que la legislación está cambiando hacia una movilidad sostenible. Prueba de ello son las numerosas medidas que el Gobierno está adoptando en la normativa de circulación, como por ejemplo, las etiquetas medioambientales o la prohibición de que los vehículos sin el mencionado distintivo medioambiental circulen por el centro de algunas ciudades.
En la actualidad, existe una oferta muy variada en el sector del automóvil. Los primeros en aparecer son los que más conocemos, los vehículos que se mueven gracias a combustibles fósiles. Este es el caso del diésel, que utilizan gasoil; el gasolina; y los de gas, que pueden funcionar con gas licuado (GLP) o gas natural (GNC). Junto a estos tres encontramos otros cuatro tipos que se adaptan mejor a la futura movilidad.
Este es el caso de los coches 100% eléctricos, que necesitan recargarse en la red eléctrica, y los híbridos, un grupo donde encontramos tres modelos distintos. El primero es el híbrido de gasolina (HEV) tienen un motor de combustión y uno eléctrico. La batería de este se carga con la frenada cuando el coche se mueve y no hay que enchufarlos a la red. En el caso de los híbridos ligeros (MHEV), tienen un motor diésel y un pequeño motor eléctrico que ayuda al arrancar. Y por último, los híbridos enchufables (PHEV). Estos tienen un motor de gasolina o diésel y uno eléctrico. La batería de los PHEV se puede recargar enchufándola a la red, por lo que, si se han recargado, pueden funcionar como coches totalmente eléctricos durante unos 40 km. En caso de que no se hayan enchufado, usarán una combinación de gasolina y electricidad.
Como todo en la vida, los vehículos eléctricos (EV) y los híbridos enchufables tienen sus ventajas y sus inconvenientes. Los EV tienen como puntos fuertes su naturaleza ecológica, su comodidad para la conducción y el ser mucho más barato a la hora de recargarse que un coche de gasolina. Por el contrario, su precio de compra es elevado, se necesita un punto de carga en el domicilio y la autonomía es limitada. Por su parte, los PHEV tienen como virtud su inexistente contaminación cuando funciona mediante el motor eléctrico, la permisividad de realizar viajes de larga duración de forma cómoda y que el coste por kilómetro mientras se usa el motor eléctrico es mucho menor que el de un coche tradicional. En cuanto a las desventajas vemos como estos automóviles son caros y pesados y que el coste de consumo y mantenimiento es elevado al tener dos motores.
En un coche de motorización eléctrica es fundamental la autonomía. Especialmente, en aquellos casos en los que pretendas realizar un viaje de larga distancia. Además, deberás tener un punto de carga en tu domicilio o, en su defecto, en algún punto próximo a tu vivienda. Este es uno de los principales problemas que se plantean los usuarios a la hora de comprar un coche de estas características.
¿Cómo se calcula la autonomía real de un vehículo eléctrico? En primer lugar, deberás localizar la capacidad de la batería del coche en sus características técnicas. Después, deberás multiplicar esa cantidad por cinco. Esta cifra te dará, según la OCU, una estimación total de de kilómetros de autonomía del coche.
En el caso de los cargadores, todos los modelos se pueden cargar en una toma de corriente tradicional, como los enchufes de casa. En este caso, por cada hora que tengas tu coche recargando, tendrás batería para 10 km. Si quieres acortar tiempos de recarga, lo más recomendable es instalar una estación de carga en tu casa, que son más potentes.