AHORA SÍ ESTÁ A LA ALTURA
El fabricante alemán, Volkswagen, da una vuelta de tuerca a su primer modelo eléctrico. El objetivo: conseguir que el interior esté a la altura de uno de sus coches más emblemáticos. Así ha quedado.
Llegó al mercado en 2020 y no solo fue el primer modelo de Volkswagen diseñado exclusivamente para ser eléctrico. También fue el primero en lucir las siglas ID., la submarca 100% eléctrica de Volkswagen que ya cuenta con cinco modelos. Después de tres años en el mercado, Volkswagen ha querido dar un nuevo soplo de aire fresco al ID.3 y mejorar en los aspectos más débiles de la primera generación. No esperes cambios radicales, porque tampoco le hacen falta.
En el exterior se aprecian sutiles cambios estéticos, como el parachoques frontal, con un aire más dinámico gracias a las entradas de aire más grandes. En la parte trasera, los nuevos pilotos, completamente, en rojo es lo que más destaca.
Las diferencias importantes están en el interior, tal y como se puede ver en el vídeo. Y la primera gran diferencia es la calidad percibida; era uno de los puntos flacos y Volkswagen ha querido solucionarlo. Nuevos materiales y superficies acolchadas en el puesto de conducción; nuevos tejidos para los asientos y las puertas; y una nueva pantalla táctil de 12 pulgadas que sustituye a la anterior de 10. Y desde la marca aseguran que la interfaz es más fácil de manejar. Pero usar una pantalla mientras se conduce sigue sin ser recomendable, por no decir peligroso. Poco importan la interfaz o las pulgadas. Así que mejor ponerse en marcha con todos los ajustes en orden.
A nivel mecánico todo sigue igual: el motor eléctrico de 204 CV va colocado detrás, por lo que el coche es de propulsión trasera. Acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en 7,3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 160. Pero donde sí hay cambios es en la batería. O, mejor dicho, en la gestión que se hace de la energía que puede almacenar.
El cliente podrá escoger entre una batería de 58 kiloWatios-hora de capacidad o una, más grande, con 77. Independientemente de su capacidad, este elemento siempre va colocado en la parte baja del coche. El cambio es que ahora, con la batería grande, Volkswagen homologa una autonomía de hasta 546 kilómetros. Y, con la pequeña, hasta 426. Estas cifras siempre bajo el ciclo WLTP.
Además, ahora la potencia de carga llega hasta los 170 kiloWatios. Y esto le permite pasar del 5 al 80% de carga en apenas 30 minutos. Sigue siendo un rato, pero muy mal se tiene que dar para que llegues con un 5% de batería al punto de carga. Sobre todo ahora que el planificador de rutas inteligente viene de serie.
Asimismo, el nuevo software del sistema de infoentretenimiento permite recibir actualizaciones de todas las funciones que tengamos contratadas. Dentro de las ayudas a la conducción, el sistema Travel Assist usa datos de tráfico real. Y además, el nuevo Head Up Display es de realidad aumentada y te avisa de peligros o de huecos para aparcar por ejemplo.
En conjunto, la puesta al día del Volkswagen ID.3 da respuesta a lo que sus clientes pedían a la marca. Centrándose en puntos clave como la calidad interior, la gestión energética y el consecuente aumento de la autonomía, o los más avanzados sistemas de asistencia y ayuda a la conducción, que mejoran la seguridad al volante. En definitiva, que al ID.3 le queda cuerda para rato. Un compacto eléctrico, con más de 500 kilómetros de autonomía, 200 CV de potencia y un interior que, ahora sí, está a la altura del resto del coche.