MÁS DE 333 KILÓMETROS POR HORA DE VELOCIDAD MÁXIMA
Alfa Romeo recupera la tradición de recuperar modelos fabricados a medida, y ha creado el heredero del bellísimo 33 Stradale del 67, al que no sólo le une la filosofía, sino gran parte de sus recursos estilísticos de este biplaza
Dos campeonatos del Mundo de Fórmula 1, cuatro victorias consecutivas de las 24 Horas de Le Mans, 11 de la Mille Miglia, el primer Gran Premio del Campeonato del Mundo en 1925… A principios del Siglo XX, Alfa Romeo era una de las marcas más punteras en competición. Fue en esa época cuando Enzo Ferrari corrió y trabajó para la escudería Alfa Romeo antes de dedicarse a construir sus propios coches.
Inspirado en aquel momento de gloria deportiva, el presidente de la marca en los años ‘60, Giuseppe Eugenio Luraghi, decidió que era el momento de volver a la escena internacional. Así nació el proyecto Tipo 33, un coche de competición del que derivó uno de los deportivos más famosos y bellos de la historia: el 33 Stradale.
Este 33 Stradale no solo es un coche bonito para guardar en el garaje, es un deportivo puro, un súperdeportivo. Y sus afortunados propietarios van a poder exprimir hasta el último caballo. Podrán elegir entre un motor gasolina V6 con 620 caballos, asociado a una caja de cambios secuencial de doble embrague y ocho velocidades. O bien, tres motores eléctricos capaces de entregar más de 750 caballos en su conjunto.
Lo mires como lo mires son una barbaridad de caballos. Con todos ellos, este coche puede acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en menos de tres segundos. Y alcanza una velocidad máxima superior a los 333. En fin, esto, además de una maravilla a nivel estético, también es una maravilla mecánica. Pero siento decirte que, si quieres uno llegas tarde: los 33 están vendidos.
“Probablemente, el 33 está considerado como uno de los coches más bonitos de la historia, porque es un coche que tiene un diseño muy sencillo, con mucho carácter, que era de lo mejor que se hacía en la época de la “Carrozzeria” en los años ’60 en Italia, afirma Alejandro Mesonero-Romanos, Jede de Diseño de Alfa Romeo
"Una de las preguntas era cómo trasladamos todos estos elementos del coche original al actual. Si miras, por ejemplo el frontal, los protagonistas fundamentales son los faros, hemos reinterpretado la toma de aire central, con el scudetto en medio y luego, una cosa importantísima, son las puertas. Las puertas elitra era algo que, absolutamente, teníamos que guardar. El lateral es una forma extremadamente sencilla, como el coche original. Y, la parte de atrás, que también es emblemática, por la cola tronca. Un elemento icónico de Alfa Romeo.
"Este espíritu mediterráneo de Alfa Romeo, esta manera de concebir la belleza, está basada sobre todo en la simplicidad. Piensa en la escultura en la que Italia, por ejemplo, ha sido referencia de belleza a lo largo de su historia. Es mucho más difícil diseñar un objeto sencillo, sustrayendo los elementos que no hacen falta, que diseñar un objeto en el que tú siempre puedes añadir algo más. Añadir es fácil, sustraer y que el coche mantenga su carácter es muy difícil.”, concluye Mesonero-Romanos.
El nivel de trabajo que hay en el diseño de este Alfa es increíble; se ha cuidado hasta el último detalle. Cada superficie, cada volumen, con sus brillos y sus sombras… Todo está pensando para funcionar en armonía. Tanto en el exterior como en el interior. Con un estilo que mezcla en su justa medida modernidad con tradición.