Nueva marca superada
El sedán deportivo de lujo de Bentley lleva ya 15 años en el mercado y tres generaciones distintas.
Bentley Motors ha ensamblado el 40.000º ejemplar de Bentley Flying Spur. Ahora en su tercera generación, lo único que se mantiene desde su lanzamiento en 2005 es su popularidad. Incluso el nombre ha cambiado. Originalmente bautizado como el Continental Flying Spur, se decidió cambiar su nombre para distinguirlo aún más del Continental GT. Desde entonces, el modelo ha intentado fusionar rendimiento y exclusividad.
Con una presencia agresiva, además de una cabina lujosa con altos niveles de refinamiento y confort, el Flying Spur se ha construido con el objetivo de satisfacer tanto al conductor como a los pasajeros. La tercera generación del Flying Spur, que integra la artesanía británica y la tecnología, se ha convertido en el tope de gama de la marca.
Las tres generaciones del Flying Spur han sido diseñadas, desarrolladas y construidas en Crewe, donde los trabajadores han celebrado este hito. Cada uno de los 40.000 ejemplares han tenido más de 100 horas de trabajo, donde 250 trabajadores han ensamblado cada Flying Spur a mano. Una vez terminados y después de pasar cientos de comprobaciones de calidad, el coche se envía a su dueño, a cualquiera de los 68 países donde opera la marca.
Con 40.000 Flying Spurs construidos en 15 años, el 50% se ha ido a los dos grandes mercados de la marca: China y Estados Unidos. En cuanto a Gran Bretaña, país del que proviene Bentley, un 10% de los Flying Spur no se han alejado demasiado de su nido. El 40% restante se han vendido a lo largo de Europa, Oriente Medio y la costa asiática del Pacífico.
El pasado año tuvimos la oportunidad de probar un ejemplar de la tercera generación del Flying Spur. ¿Quieres ver cómo fue la prueba?