lo obtenido por la venta del último Viper y del Demon será destinado a obras de caridad
El último Viper producido por Dodge y el ultimo Demon serán subastados por Barrett-Jackson y el dinero recaudado será destinado a caridad
Dos de los vehículos más diabólicos del fabricante estadounidense serán subastados por una buena causa. Dodge quiere despedirse de su último Viper de producción de la mejor forma y es por ello que ha preparado un evento muy especial que se celebrará entre los próximos días 20 y 23 de junio. En dicha subasta, el afortunado ganador se podrá llevar ni más ni menos que 1.485 CV a casa, sin embargo, el mayor aliciente de dicha compra no será únicamente esta atractiva cifra, sino que además se llevará un pedazo de historia del automovilismo norteamericano al adquirir la última unidad fabricada del Viper, así como el último Dodge Challenger SRT 2018 Demon que saldrá de las líneas de ensamblaje.
Precisamente será la casa Barrett-Jackson la encargada de subastar ambos vehículos en lo que se ha convertido ya en toda una tradición para los fabricantes. Hace sólo unas semanas conocíamos que Ford había donado el primer Mustang Bullitt para que todo el dinero que se obtuviera fuera destinado a obras de caridad, algo que ya se había realizado anteriormente con el último F-150 Raptor 2017 construido o Chevrolet con el primer Corvette Gran Sport o la brutal primera unidad del COPO Camaro diseñado por la piloto, Courtney Force.
En este caso, los 645 CV de potencia del Dodge Viper 2017 contarán como compañero de viaje los 840 del Demon, en un paquete sin precedentes que estará acompañado además por una caja de herramientas completa, un juego de neumáticos estrechos para el Challenger o el asiento de copiloto, elemento casi intrascendente en este dragster construido para ser homologado para conducirlo por la calle.
Lo recaudado será directamente destinado a United Way, por lo que se espera que se pueda alcanzar una gran suma teniendo en cuenta el buen fin de esta propuesta y especialmente por la carga emotiva y atractivo que supone adquirir las últimas dos unidades producidas de dos de los vehículos más brutales construidos por la firma del carnero. Mientras tanto, Dodge continúa adaptando la vieja fábrica de la que salían los Viper en Conner Avenue, Detroit, con el objetivo de que acoja a partir de ahora el museo de la marca.