EL SUPERDEPORTIVO SUECO
El hiperdeportivo sueco cuesta algo más de dos millones de euros sin impuestos, un precio que puede dispararse si lo personalizamos a nuestro antojo.
Fue el Bugatti Veyron, con un precio de partida de 1,5 millones de euros, el encargado de abrir la puerta a todos aquellos superdeportivos que superan la barrera del millón de euros y no parecen saber qué significa la palabra crisis. Al modelo francés le han seguido otros como el Koenigsegg Jesko en el que su valía no es lo único que llama la atención: su equipamiento opcional tampoco se queda corto.
Para poder presumir de este hiperdeportivo sueco con 1.600 caballos se necesitan2,35 millones de euros a los que tendremos que añadir la parte correspondiente a los impuestos. Una inversión que nos da alguna que otra pista sobre lo que necesitaremos para personalizar el Jesko basándonos en nuestros gustos.
Si en el interior optamos por una tapicería de cuero y alcantara (disponibles ambas en varios colores) no tendremos que pagar ninguna cantidad adicional. Eso sí, la cosa cambia si queremos destacar las piezas de carbono situadas en la parte superior de la consola o en las salidas de ventilación: 12.600 euros. Si, además, queremos reforzar nuestra seguridad con arneses de seis puntos tendremos que preparar 6.500 euros.
Estas cifras se quedan cortas si las comparamos con lo que nos costaría personalizar la parte exterior del Koenigsegg Jesko. Elegir el color está incluido en esos 2,35 millones, pero los acabados no: el metalizado cuesta 11.600 euros, mientras que el perlado es algo más exclusivo: 20.800. Si lo que preferimos es colocar una banda central en pintura de oro tendremos que pagar 36.700 euros y si nos decantamos por unas llantas de carbono ultraligeras habrá que sumar 87.000 euros.
A estas alturas la factura ya ha engordado bastante… y eso que no hemos llegado al equipamiento más caro. Si queremos que la fibra de carbono esté a la vista tendremos que preparar 250.000 euros más y si podemos permitirnos el acabado más caro del Koenigsegg Jesko, el KNC (Koenigsegg Naked Carbon), nos gastaremos en él 372.000 euros. Efectivamente: sólo con lo que cuestan estas personalizaciones nos podríamos comprar un Lamborghini Aventador.